En nuestro mundo convive la ostentación más despilfarradora con la necesidad más apremiante. Mientras esto ocurre, el planeta Tierra se encamina a velocidad de vértigo hacia una degradación de magnitudes incalculables. El ritmo de deterioro ecológico y social que estamos experimentando a escala planetaria exige que nos preguntemos con urgencia qué entendemos por una vida buena, pues no parece que podamos asumir como “buenos” los actuales estilos de vida que niegan a la mayoría el presente y a la humanidad su futuro. Preguntarse acerca de la vida buena significa, en la práctica, indagar en los determinantes que permiten tanto el mantenimiento de la vida humana como su florecimiento y calidad.
La calidad de vida se presenta como un concepto cardinal en la evaluación de una sociedad, así como de sus políticas públicas y su legislación social. Sin embargo, el significado de esta expresión no siempre resulta claro. Hay quien lo presenta como sinónimo de producción y consumo y, a partir de ahí, da por hecho una correlación positiva con la renta y la riqueza. Conclusión: disfrutarán de una mayor calidad de vida aquellos que sean más ricos. Pero nuestra sabiduría nos hace resistirnos a una conclusión tan precipitada. Si tuviéramos que dar razones de lo que representa para cada uno de nosotros la expresión, seguramente hablaríamos de otras muchas cosas.
Respuesta:
En nuestro mundo convive la ostentación más despilfarradora con la necesidad más apremiante. Mientras esto ocurre, el planeta Tierra se encamina a velocidad de vértigo hacia una degradación de magnitudes incalculables. El ritmo de deterioro ecológico y social que estamos experimentando a escala planetaria exige que nos preguntemos con urgencia qué entendemos por una vida buena, pues no parece que podamos asumir como “buenos” los actuales estilos de vida que niegan a la mayoría el presente y a la humanidad su futuro. Preguntarse acerca de la vida buena significa, en la práctica, indagar en los determinantes que permiten tanto el mantenimiento de la vida humana como su florecimiento y calidad.
La calidad de vida se presenta como un concepto cardinal en la evaluación de una sociedad, así como de sus políticas públicas y su legislación social. Sin embargo, el significado de esta expresión no siempre resulta claro. Hay quien lo presenta como sinónimo de producción y consumo y, a partir de ahí, da por hecho una correlación positiva con la renta y la riqueza. Conclusión: disfrutarán de una mayor calidad de vida aquellos que sean más ricos. Pero nuestra sabiduría nos hace resistirnos a una conclusión tan precipitada. Si tuviéramos que dar razones de lo que representa para cada uno de nosotros la expresión, seguramente hablaríamos de otras muchas cosas.