Establecer los momentos de la historia: Como primer paso, se debe conocer en profundidad la leyenda para poder comprender cuál es el inicio (la presentación de los personajes y el comienzo de la acción), el nudo (el conflicto), el clímax (el momento de mayor tensión dramática) y el desenlace (la resolución del ...
Para adaptar una leyenda a una obra de teatro, se pueden seguir estas recomendaciones generales.
1. Establecer los momentos de la historia: Como primer paso, se debe conocer en profundidad la leyenda para poder comprender cuál es el inicio (la presentación de los personajes y el comienzo de la acción), el nudo (el conflicto), el clímax (el momento de mayor tensión dramática) y el desenlace (la resolución del conflicto). Lo que se relata en prosa en la leyenda, en la obra de teatro debe narrarse a través de los diálogos entre los personajes y, eventualmente, el complemento de una voz en off (una especie de “narrador” externo, similar a un narrador omnisciente en un cuento).
2. Adaptar la historia a la estructura del teatro: Una vez identificadas las partes, las acciones de la leyenda deben dividirse en actos (unidades narrativas completas y coherentes que suelen estar marcadas por la apertura y el cierre del telón) y escenas (partes en las que se dividen los actos, que pueden tener distinta extensión y suelen estar marcadas por la entrada y salida de personajes).
3. Relevar los personajes de la leyenda: Se deben identificar todos los personajes involucrados en la leyenda y hacer una lista con ellos. Por lo general, esta lista aparece al principio de las obras de teatro, junto con el sexo de los personajes, la edad, la profesión, o toda aquella característica que se considere relevante para la historia.
4. Establecer el o los lugares donde transcurre la historia: En la representación de una obra de teatro, el lugar donde suceden los hechos es el escenario, por lo cual se pueden usar las didascalias (anotaciones marginales que sirven para brindar información útil para el momento de la puesta en escena) para realizar una descripción detallada del ambiente, de los objetos que hay en él, la iluminación, la escenografía, etc. Esto debe hacerse teniendo en cuenta los diferentes escenarios en los que suceden los hechos de la leyenda y las posibilidades que brinde el espacio físico real.
5. Adaptar las acciones de la leyenda a los diálogos: Esta es la parte central en la adaptación, dado que en la leyenda las acciones son lo que sustenta el relato, mientras que en una obra de teatro los diálogos son la estructura fundamental. Es por eso que, en el teatro, lo más importante es redactar los diálogos para cada personaje, de modo que estos permitan que la acción avance. Todos los movimientos, los gestos, las reacciones y las entradas y salidas de personajes deben indicarse a través de las acotaciones marginales. Es probable que algunas de las acciones de una leyenda no puedan ser representadas en el escenario, ya sea por su extensión, su complejidad, su carácter fantástico, etc., o que deban ser representadas con recursos audiovisuales o escenográficos, por ejemplo. Sin embargo, es fundamental que todas las acciones relevantes para la historia se mencionen o que de algún modo queden claras para el espectador. Si fuera necesario, también podría utilizarse una voz en off.
6. Adaptar formalmente el texto: Por último, es preciso hacer algunas adaptaciones formales al texto. Mientras que en una leyenda las conversaciones se presentan con raya de diálogo (—) y el narrador se ocupa de indicar quién habla a través del uso de verbos de decir (por ejemplo: dijo, sostuvo, afirmó, etc.), en una obra de teatro, cada frase debe aparecer precedida del nombre del personaje que la dice y se eliminan las intervenciones del narrador. De este modo, cuando tiene lugar la representación de la obra, los actores saben qué parlamento debe decir cada uno.
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Establecer los momentos de la historia: Como primer paso, se debe conocer en profundidad la leyenda para poder comprender cuál es el inicio (la presentación de los personajes y el comienzo de la acción), el nudo (el conflicto), el clímax (el momento de mayor tensión dramática) y el desenlace (la resolución del ...
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Para adaptar una leyenda a una obra de teatro, se pueden seguir estas recomendaciones generales.1. Establecer los momentos de la historia:
Como primer paso, se debe conocer en profundidad la leyenda para poder comprender cuál es el inicio (la presentación de los personajes y el comienzo de la acción), el nudo (el conflicto), el clímax (el momento de mayor tensión dramática) y el desenlace (la resolución del conflicto). Lo que se relata en prosa en la leyenda, en la obra de teatro debe narrarse a través de los diálogos entre los personajes y, eventualmente, el complemento de una voz en off (una especie de “narrador” externo, similar a un narrador omnisciente en un cuento).
2. Adaptar la historia a la estructura del teatro:
Una vez identificadas las partes, las acciones de la leyenda deben dividirse en actos (unidades narrativas completas y coherentes que suelen estar marcadas por la apertura y el cierre del telón) y escenas (partes en las que se dividen los actos, que pueden tener distinta extensión y suelen estar marcadas por la entrada y salida de personajes).
3. Relevar los personajes de la leyenda:
Se deben identificar todos los personajes involucrados en la leyenda y hacer una lista con ellos. Por lo general, esta lista aparece al principio de las obras de teatro, junto con el sexo de los personajes, la edad, la profesión, o toda aquella característica que se considere relevante para la historia.
4. Establecer el o los lugares donde transcurre la historia:
En la representación de una obra de teatro, el lugar donde suceden los hechos es el escenario, por lo cual se pueden usar las didascalias (anotaciones marginales que sirven para brindar información útil para el momento de la puesta en escena) para realizar una descripción detallada del ambiente, de los objetos que hay en él, la iluminación, la escenografía, etc. Esto debe hacerse teniendo en cuenta los diferentes escenarios en los que suceden los hechos de la leyenda y las posibilidades que brinde el espacio físico real.
5. Adaptar las acciones de la leyenda a los diálogos:
Esta es la parte central en la adaptación, dado que en la leyenda las acciones son lo que sustenta el relato, mientras que en una obra de teatro los diálogos son la estructura fundamental. Es por eso que, en el teatro, lo más importante es redactar los diálogos para cada personaje, de modo que estos permitan que la acción avance. Todos los movimientos, los gestos, las reacciones y las entradas y salidas de personajes deben indicarse a través de las acotaciones marginales.
Es probable que algunas de las acciones de una leyenda no puedan ser representadas en el escenario, ya sea por su extensión, su complejidad, su carácter fantástico, etc., o que deban ser representadas con recursos audiovisuales o escenográficos, por ejemplo. Sin embargo, es fundamental que todas las acciones relevantes para la historia se mencionen o que de algún modo queden claras para el espectador. Si fuera necesario, también podría utilizarse una voz en off.
6. Adaptar formalmente el texto:
Por último, es preciso hacer algunas adaptaciones formales al texto. Mientras que en una leyenda las conversaciones se presentan con raya de diálogo (—) y el narrador se ocupa de indicar quién habla a través del uso de verbos de decir (por ejemplo: dijo, sostuvo, afirmó, etc.), en una obra de teatro, cada frase debe aparecer precedida del nombre del personaje que la dice y se eliminan las intervenciones del narrador. De este modo, cuando tiene lugar la representación de la obra, los actores saben qué parlamento debe decir cada uno.