La ubicación geográfica es importante. Los países que son islas, con poblaciones no elevadas, tales como Australia, Nueva Zelanda y Taiwán, y con una gran capacidad de establecer controles de sus fronteras, tienen unas condiciones de control de la COVID-19 mucho más favorables al compararlos con otros grandes países continentales, como Italia, Francia y Alemania. Son variables previas a la llegada de la COVID-19, particularmente favorables para aquellos. La epidemia ha llegado a Australia y Nueva Zelanda durante el verano, una circunstancia favorable para el conjunto de las infecciones respiratorias estacionales (incluidas las causadas por otros coronavirus), estando por ver su posible influencia sobre la pandemia actual. Los tres países aludidos de la U.E, por el contrario, tienen ubicaciones centrales en el continente europeo, poblaciones elevadas y grandes infraestructuras y motivos de relaciones y comunicación internacionales (sean visitantes por turismo, por trabajo o relaciones comerciales). Alemania se incluye en este segundo grupo, aunque tenga algunas peculiaridades positivas en relación con el control de su epidemia. España, hasta ahora no analizada, formaría parte de este grupo europeo.
Las experiencias previas de Corea del Sur y Taiwán frente a las epidemias de SARS y MERS han facilitado enormemente el control de la pandemia actual. Contar con antelación con profesionales entrenados, con unas estructuras bien preparadas y unos mecanismos de coordinación de responsabilidades y de distribución de tareas para la gestión de epidemias les ha sido especialmente útil. Parece obvia, más aún en estos días, la necesidad de disponer de unos sistemas de análisis de riesgos, que necesariamente tiene que incorporar la incertidumbre, y de unos planes de contingencia adaptados a los posibles escenarios futuros.
Hay países, con poblaciones elevadas que han hecho un gran esfuerzo de identificación de los casos sospechosos en las etapas precoces de las epidemias de cada uno de ellos y que han sido meticulosos en los estudios de contactos. El ya citado Corea del Sur y Alemania, y que han sido más exitosos al compararlos con aquellos que tienen o han tenido capacidades limitadas en ambos instrumentos, por ejemplo, Francia o Italia. ¿En qué grado la debilidad de no disponer de un número adecuado de tests, muy especialmente en las etapas precoces ha sido un factor deletéreo?
Respuesta:
La ubicación geográfica es importante. Los países que son islas, con poblaciones no elevadas, tales como Australia, Nueva Zelanda y Taiwán, y con una gran capacidad de establecer controles de sus fronteras, tienen unas condiciones de control de la COVID-19 mucho más favorables al compararlos con otros grandes países continentales, como Italia, Francia y Alemania. Son variables previas a la llegada de la COVID-19, particularmente favorables para aquellos. La epidemia ha llegado a Australia y Nueva Zelanda durante el verano, una circunstancia favorable para el conjunto de las infecciones respiratorias estacionales (incluidas las causadas por otros coronavirus), estando por ver su posible influencia sobre la pandemia actual. Los tres países aludidos de la U.E, por el contrario, tienen ubicaciones centrales en el continente europeo, poblaciones elevadas y grandes infraestructuras y motivos de relaciones y comunicación internacionales (sean visitantes por turismo, por trabajo o relaciones comerciales). Alemania se incluye en este segundo grupo, aunque tenga algunas peculiaridades positivas en relación con el control de su epidemia. España, hasta ahora no analizada, formaría parte de este grupo europeo.
Las experiencias previas de Corea del Sur y Taiwán frente a las epidemias de SARS y MERS han facilitado enormemente el control de la pandemia actual. Contar con antelación con profesionales entrenados, con unas estructuras bien preparadas y unos mecanismos de coordinación de responsabilidades y de distribución de tareas para la gestión de epidemias les ha sido especialmente útil. Parece obvia, más aún en estos días, la necesidad de disponer de unos sistemas de análisis de riesgos, que necesariamente tiene que incorporar la incertidumbre, y de unos planes de contingencia adaptados a los posibles escenarios futuros.
Hay países, con poblaciones elevadas que han hecho un gran esfuerzo de identificación de los casos sospechosos en las etapas precoces de las epidemias de cada uno de ellos y que han sido meticulosos en los estudios de contactos. El ya citado Corea del Sur y Alemania, y que han sido más exitosos al compararlos con aquellos que tienen o han tenido capacidades limitadas en ambos instrumentos, por ejemplo, Francia o Italia. ¿En qué grado la debilidad de no disponer de un número adecuado de tests, muy especialmente en las etapas precoces ha sido un factor deletéreo?
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