Con el sistema político de la Restauración, que parecía sólidamente montado, Europa comenzó a andar en 1815 camino de la reconstrucción tras las guerras. El sistema pareció, en un primer momento, funcionar con eficacia: había paz, las grandes potencias se reunían periódicamente en Congresos.... sin embargo, aunque si es cierto que hubo paz entre los Estados, eso no quiere decir que fueran años de tranquilidad porque todos los países sufrieron disturbios y agitaciones más o menos frecuentes motivados por una oposición a la que se pretendía aplastar o ignorar.
La oposición actuaba siempre en la clandestinidad, organizándose en sociedades secretas, como la de los carbonarios. Eran miembros de estas sociedades oficiales, estudiantes, burgueses, minorías cultas herederas del pensamiento ilustrado que se consideraban a sí mismas como salvadoras de sus contemporáneos frente a la opresión. Ellos eran quienes redactaban y difundían los folletos y panfletos, quienes movían a los elementos populares.
Esta oposición manejaba como argumentos de oposición dos grandes ideas o sentimientos supervivientes de la época revolucionaria y ahora oprimidos por el sistema de la Restauración: El liberalismo y el nacionalismo.
Con el sistema político de la Restauración, que parecía sólidamente montado, Europa comenzó a andar en 1815 camino de la reconstrucción tras las guerras. El sistema pareció, en un primer momento, funcionar con eficacia: había paz, las grandes potencias se reunían periódicamente en Congresos.... sin embargo, aunque si es cierto que hubo paz entre los Estados, eso no quiere decir que fueran años de tranquilidad porque todos los países sufrieron disturbios y agitaciones más o menos frecuentes motivados por una oposición a la que se pretendía aplastar o ignorar.
La oposición actuaba siempre en la clandestinidad, organizándose en sociedades secretas, como la de los carbonarios. Eran miembros de estas sociedades oficiales, estudiantes, burgueses, minorías cultas herederas del pensamiento ilustrado que se consideraban a sí mismas como salvadoras de sus contemporáneos frente a la opresión. Ellos eran quienes redactaban y difundían los folletos y panfletos, quienes movían a los elementos populares.
Esta oposición manejaba como argumentos de oposición dos grandes ideas o sentimientos supervivientes de la época revolucionaria y ahora oprimidos por el sistema de la Restauración: El liberalismo y el nacionalismo.