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El sector público de la salud está conformado por 235 mil médicos y 326 mil profesionales
de enfermería, es decir, más de medio millón de trabajadores han sido los primeros respondientes ante la pandemia
por el Covid-19.
Todos los días demuestran su vocación de servicio. Es más, arriesgan sus propias vidas para salvar a aquellos que
han sido contagiados por este letal virus.
Sin embargo, estas valientes personas han sufrido agresiones en su contra.
Se han reportado incidentes en el transporte público, por ejemplo, donde no se les ha permitido hacer uso de este
servicio.
Peor aún, han sido objeto de agresiones físicas y verbales. En algunas entidades de la República, les han arrojado
cloro, han sido retenidos a la fuerza o desalojados de sus domicilios.
Se les ha negado, incluso, la compra de insumos básicos, por temor a que estén infectados.
Además, sus condiciones laborales dejan mucho que desear. A la fecha, falta la entrega de equipo de protección
personal, completo, suficiente y apegado a los estándares de calidad dictados por la OMS.
Y las condiciones en las que se encuentran algunos hospitales de este país son francamente lamentables, por si fuera
poco.
El sector público de la salud está conformado por 235 mil médicos y 326 mil profesionales
de enfermería, es decir, más de medio millón de trabajadores han sido los primeros respondientes ante la pandemia
por el Covid-19.
Todos los días demuestran su vocación de servicio. Es más, arriesgan sus propias vidas para salvar a aquellos que
han sido contagiados por este letal virus.
Sin embargo, estas valientes personas han sufrido agresiones en su contra.
Se han reportado incidentes en el transporte público, por ejemplo, donde no se les ha permitido hacer uso de este
servicio.
Peor aún, han sido objeto de agresiones físicas y verbales. En algunas entidades de la República, les han arrojado
cloro, han sido retenidos a la fuerza o desalojados de sus domicilios.
Se les ha negado, incluso, la compra de insumos básicos, por temor a que estén infectados.
Además, sus condiciones laborales dejan mucho que desear. A la fecha, falta la entrega de equipo de protección
personal, completo, suficiente y apegado a los estándares de calidad dictados por la OMS.
Y las condiciones en las que se encuentran algunos hospitales de este país son francamente lamentables, por si fuera
poco.
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