1. Huye de los excesos juveniles y esfuérzate en llevar una vida de rectitud, de fe, de amor y de paz en unión con los que invocan limpia y sinceramente al Señor. (2 Timoteo 2:22)
2. Los jóvenes se cansan y se agotan, una y otra vez tropiezan los mozos; recobran, en cambio, su fuerza. Los que esperan en el Señor, alzan su vuelo como las águilas; corren pero no se cansan, andan y no se fatigan. (Isaías 40:30-31)
3. ¿Cómo podrá un joven portarse rectamente? Viviendo de acuerdo a tu palabra. (Salmos 119:9)
4. Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que tu palabra, tu conducta, tu amor, tu fe y tu limpio proceder te conviertan en modelo para los creyentes. (1 Timoteo 4:12)
5. Respondí: —Ay, Señor mi Dios. ¡Pero si no sé ni hablar; soy muy joven!
Me contestó el Señor: —No digas que eres joven. Irás a todos los sitios adonde yo te envíe y dirás todo lo que te ordene. No les tengas miedo, pues estoy contigo para defenderte… (Jeremías 1:6-8)
1. Huye de los excesos juveniles y esfuérzate en llevar una vida de rectitud, de fe, de amor y de paz en unión con los que invocan limpia y sinceramente al Señor. (2 Timoteo 2:22)
2. Los jóvenes se cansan y se agotan, una y otra vez tropiezan los mozos; recobran, en cambio, su fuerza. Los que esperan en el Señor, alzan su vuelo como las águilas; corren pero no se cansan, andan y no se fatigan. (Isaías 40:30-31)
3. ¿Cómo podrá un joven portarse rectamente? Viviendo de acuerdo a tu palabra. (Salmos 119:9)
4. Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que tu palabra, tu conducta, tu amor, tu fe y tu limpio proceder te conviertan en modelo para los creyentes. (1 Timoteo 4:12)
5. Respondí: —Ay, Señor mi Dios. ¡Pero si no sé ni hablar; soy muy joven!
Me contestó el Señor: —No digas que eres joven. Irás a todos los sitios adonde yo te envíe y dirás todo lo que te ordene. No les tengas miedo, pues estoy contigo para defenderte… (Jeremías 1:6-8)