Chahã La selva parecía un horno. Era mediodía y el sol como una enorme lengua de fuego acariciaba todo lo que encontraba. Hasta el vientecillo que soplaba de tanto en tanto imitaba a una tibia gasa al adherirse a las caras de la mujer y el niño que iban por la selva. —¿Falta mucho todavía para encontrar? — preguntó el niño mientras con un brazo se secaba el sudor que le corría por la cara. Su boca estaba seca y sobre sus labios se sintió un gusto a sal. —Ya enseguida tendremos agua — contestó la mujer. Por el aire cálido le llegó un repentino aroma fresco; algún arroyo se encontraba cerca. Enseguida llegaron a un lugar donde la selva se interrumpía por el curso de un arroyo. —¡Agua, agua! — gritó el niño, entusiasmado. La mujer que lo acompañaba se acercó a las dos jóvenes que estaban lavando ropas en el remanso arroyo. —¿Nos convidarían a tomar un poco de agua? — preguntó la acompañante del niño a las dos mujeres que se encontraban lavando ropas. —¡Imposible! — respondió una de ellas. —Este arroyo solo sirve para lavar ropas — agregó la otra. El niño empezó a llorar mientras miraba con desconsuelo el agua. La mujer que lo acompañaba le tomó de la mano y comenzaron a alejarse del lugar. Las dos jóvenes llamaron a la mujer y al niño. Ambos volvieron a acercarse y una de las jóvenes le alcanzó un cantarito con agua. El niño se lo llevó a los labios, pero no pudo beber: el recipiente contenía agua con jabón. El niño volvió a sollozar y la mujer que lo acompañaba levantó los ojos al cielo. Y allí apareció el papagayo oye-lo-todo, que es el mensajero celestial. El papagayo habló a la mujer y al niño: —¡Allí hay un manantial! — y señaló un robusto cedro de cuyo tronco acababa de brotar rumorosa una cristalina fuente. Mientras el niño y la mujer saciaban su sed, el papagayo se dirigió a las dos jóvenes del arroyo y les dijo: —Desde hoy ambas se convertirán en aves — Inmediatamente las dos jóvenes se transformaron en la primera pareja de chahã que existiera sobre la Tierra y por lo dicho el chahã vive en pareja y su carne es blanda, con un sabor parecido a la espuma de jabón. 4- Subraya la causa y encierro entre paréntesis el efecto.
a. Su boca estaba seca y sobre sus labios se sintió un gusto a sal.
b. El niño se lo llevó a los labios, pero no pudo beber: el recipiente contenía agua con
Respuesta:
la b
(el recipiente tenia agua con jabón)