Quelloro
La crisis del petróleo de 1973 (también conocida como primera crisis del petróleo) comenzó el 23 de agosto de 1973, a raíz de la decisión de la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo (que agrupaba a los países árabes miembros de la OPEP más Egipto, Siria y Túnez) con miembros del golfo pérsico de la OPEP (lo que incluía a Irán) de no exportar más petróleo a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra de Yom Kipur (llamada así por la fecha conmemorativa judía Yom Kipur), que enfrentaba a Israel con Siria y Egipto. Esta medida incluía a Estados Unidos y a sus aliados de Europa Occidental. El aumento del precio, unido a la gran dependencia que tenía el mundo industrializado del petróleo, provocó un fuerte efecto inflacionista y una reducción de la actividad económica de los países afectados. Estos países respondieron con una serie de medidas permanentes para frenar su dependencia exterior. Antes del embargo, el Occidente industrializado, sobre todo Estados Unidos, solía disponer de petróleo abundante y barato. Las ciudades estadounidenses posteriores a la Segunda Guerra Mundial, muy extendidas, con enormes núcleos urbanos de casas unifamiliares dispersas, dependían del automóvil como principal medio de transporte, de modo que utilizaban combustible de forma masiva. Entre 1945 y finales de los 60, Occidente y Japón consumían más petróleo que nunca. Sólo en Estados Unidos, el consumo se había duplicado entre 1945 y 1974. Con un 6% de la población mundial, Estados Unidos consumía el 33% de la energía de todo el mundo. Al mismo tiempo, la economía estadounidense mantenía una cuarta parte de la producción industrial mundial, lo cual quiere decir que los trabajadores norteamericanos eran cuatro veces más productivos que la media global, pero a cambio el país consumía cinco veces más energía. El petróleo, sobre todo el procedente de Oriente Medio, se pagaba en dólares estadounidenses, con los precios también fijados en dólares. Durante el mandato del presidente Richard Nixon, el modelo económico norteamericano estaba ya agotado, el crecimiento era nulo, y sin embargo la inflación ya empezaba a ser preocupante. Durante el verano de 1971, Nixon estaba bajo una fuerte presión pública para que actuara de forma tajante ante este estancamiento económico. Para provocar una caída del precio del oro en los mercados internacionales, Nixon abandonó el patrón oro el 15 de agosto de 1971, finalizando así el sistema de Bretton Woods, que había funcionado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El dólar fue devaluado en un 8% en relación con el oro en diciembre de 1971, y se volvió a devaluar en 1973.