xwilly12345
Por Grupos Armados o amenazas y desplazamiento
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ALEJANDRAKOPP12
La mundialización de la economía, que implica una mundialización de los flujos migratorios.
El desequilibrio de las perspectivas del desarrollo económico en el mundo. Son evidentes las desigualdades entre los países del Norte y del Sur. En la mayoría de los países con población emigrante, el mercado de trabajo está muy orientado a la exportación y genera poco empleo.
El desmantelamiento local de empresas y su cambio de ubicación hacia zonas más pobres de los países del Sur provoca, no sólo la resistencia en el propio lugar sino también, con mayor frecuencia, la huida de trabajadores hacia los países ricos.
Diferencias sensibles respecto a los Derechos Humanos. Muchos de los países de origen han vivido dictaduras, como son los países del Cono Sur Latinoamericano (Uruguay, Chile, Argentina) y Guinea Ecuatorial. Han generado movimientos de éxodo de la población, primeramente por razones políticas y después por razones económicas. Otros de los factores decisivos en la historia actual han sido los conflictos bélicos de la Ex Yugoslavia, la caída de los regímenes comunistas de los países del este, el fundamentalismo islámico en Argelia, etc.
La presión demográfica. La baja natalidad de los países del Norte que puede afectar gravemente al mantenimiento del sistema económico contrasta de forma importante con el crecimiento demográfico de los países del Sur, cuyas nuevas generaciones se encuentran en alza.
La mundialización cultural que se ha expandido ha generado procesos de universalización y homogeneización cultural. El acceso al consumo occidental, los medios de comunicación y las redes informáticas abren ventanas que derivan hacia nuevas expectativas de una población que aspira a una vida mejor. En la construcción del imaginario sobre la vida en Occidente, las antenas parabólicas e Internet funcionan como reclamos publicitarios para miles de personas que desean formar parte de este progreso económico.
La porosidad de las fronteras y la oferta de trabajo. A la vez que se endurecen las políticas de extranjería, la realidad es que los países europeos requieren de trabajadores y trabajadoras para cubrir ciertos sectores que la población autóctona rechaza. En Europa parecen producirse por la demanda intrínseca de las sociedades industriales modernas. Según Piore (1979) las migraciones no se generan sólo por los factores de expulsión en los países emisores, sino por los factores de atracción en los receptores.
El desequilibrio de las perspectivas del desarrollo económico en el mundo. Son evidentes las desigualdades entre los países del Norte y del Sur. En la mayoría de los países con población emigrante, el mercado de trabajo está muy orientado a la exportación y genera poco empleo.
El desmantelamiento local de empresas y su cambio de ubicación hacia zonas más pobres de los países del Sur provoca, no sólo la resistencia en el propio lugar sino también, con mayor frecuencia, la huida de trabajadores hacia los países ricos.
Diferencias sensibles respecto a los Derechos Humanos. Muchos de los países de origen han vivido dictaduras, como son los países del Cono Sur Latinoamericano (Uruguay, Chile, Argentina) y Guinea Ecuatorial. Han generado movimientos de éxodo de la población, primeramente por razones políticas y después por razones económicas. Otros de los factores decisivos en la historia actual han sido los conflictos bélicos de la Ex Yugoslavia, la caída de los regímenes comunistas de los países del este, el fundamentalismo islámico en Argelia, etc.
La presión demográfica. La baja natalidad de los países del Norte que puede afectar gravemente al mantenimiento del sistema económico contrasta de forma importante con el crecimiento demográfico de los países del Sur, cuyas nuevas generaciones se encuentran en alza.
La mundialización cultural que se ha expandido ha generado procesos de universalización y homogeneización cultural. El acceso al consumo occidental, los medios de comunicación y las redes informáticas abren ventanas que derivan hacia nuevas expectativas de una población que aspira a una vida mejor. En la construcción del imaginario sobre la vida en Occidente, las antenas parabólicas e Internet funcionan como reclamos publicitarios para miles de personas que desean formar parte de este progreso económico.
La porosidad de las fronteras y la oferta de trabajo. A la vez que se endurecen las políticas de extranjería, la realidad es que los países europeos requieren de trabajadores y trabajadoras para cubrir ciertos sectores que la población autóctona rechaza. En Europa parecen producirse por la demanda intrínseca de las sociedades industriales modernas. Según Piore (1979) las migraciones no se generan sólo por los factores de expulsión en los países emisores, sino por los factores de atracción en los receptores.