China, la economía emergente por antonomasia, no cesa crecer a pasos de gigante, perfilándose como una de las grandes potencias mundiales. Su acelerado crecimiento, al asombroso ritmo del 10 por ciento anual durante lustros, la ha convertido en la mayor potencia industrial y exportadora de bienes a nivel mundial. Sin duda, su carrera por convertirse en la primera economía del mundo va por buen camino.
En tan sólo 40 años ha transformado profundamente su estructura productiva gracias a una hercúlea apuesta por la industrialización. Un exitoso proceso que se debe a factores como la mano de obra barata y productiva, la inversión extranjera, los bajos precios de las exportaciones, una elevada tasa de ahorro y reformas del sistema financiero.
Actualmente, es el país con mayor volumen de comercio y juega un papel clave en el comercio internacional gracias a sectores como la construcción, las manufacturas y los servicios, que en su mayor parte destina a la exportación.
En busca del cambio
China es una economía de mercado, pero el Estado sigue llevando a cabo un férreo control sobre la economía, que sufre una excesiva dependencia de las inversiones y del exterior, -tanto en exportaciones como enimportaciones-, una debilidad que el gobierno pretende remediar mediante una profunda reestructuración económica que podría acelerarse en 2015, según especialistas consultados por Bloomberg.
Los economistas y analistas señalan que se dan las condiciones propicias para avanzar en las iniciativas de reforma anunciadas a finales de 2013 con el fin de acercarse al doble objetivo de conceder un mayor peso al consumo interno y dejar de depender de la inversión y de las exportaciones para seguir creciendo. Entre ellas, Bloomberg señala un repunte de la demanda interna, la caída del precio del petróleo y que se avecine una ola de privatizaciones.
China, la economía emergente por antonomasia, no cesa crecer a pasos de gigante, perfilándose como una de las grandes potencias mundiales. Su acelerado crecimiento, al asombroso ritmo del 10 por ciento anual durante lustros, la ha convertido en la mayor potencia industrial y exportadora de bienes a nivel mundial. Sin duda, su carrera por convertirse en la primera economía del mundo va por buen camino.
En tan sólo 40 años ha transformado profundamente su estructura productiva gracias a una hercúlea apuesta por la industrialización. Un exitoso proceso que se debe a factores como la mano de obra barata y productiva, la inversión extranjera, los bajos precios de las exportaciones, una elevada tasa de ahorro y reformas del sistema financiero.
Actualmente, es el país con mayor volumen de comercio y juega un papel clave en el comercio internacional gracias a sectores como la construcción, las manufacturas y los servicios, que en su mayor parte destina a la exportación.
En busca del cambioChina es una economía de mercado, pero el Estado sigue llevando a cabo un férreo control sobre la economía, que sufre una excesiva dependencia de las inversiones y del exterior, -tanto en exportaciones como enimportaciones-, una debilidad que el gobierno pretende remediar mediante una profunda reestructuración económica que podría acelerarse en 2015, según especialistas consultados por Bloomberg.
Los economistas y analistas señalan que se dan las condiciones propicias para avanzar en las iniciativas de reforma anunciadas a finales de 2013 con el fin de acercarse al doble objetivo de conceder un mayor peso al consumo interno y dejar de depender de la inversión y de las exportaciones para seguir creciendo. Entre ellas, Bloomberg señala un repunte de la demanda interna, la caída del precio del petróleo y que se avecine una ola de privatizaciones.