La carrera espacial fue la excusa perfecta para librar una guerra sin armas, por debajo del tablero, con la que mostrar y demostrar quién poseía la hegemonía mundial. Prueba de ello la tenemos en los discursos políticos, otra de las herramientas comunicativas por antonomasia para influir en la opinión pública
La carrera espacial fue la excusa perfecta para librar una guerra sin armas, por debajo del tablero, con la que mostrar y demostrar quién poseía la hegemonía mundial. Prueba de ello la tenemos en los discursos políticos, otra de las herramientas comunicativas por antonomasia para influir en la opinión pública