Si bien se dice que el nomadismo es el desplazamiento constante de un grupo humano, eso no quiere decir que sea indiferente a un determinado territorio. Por lo general, los pueblos nómadas guardan ciertos límites por largo tiempo dentro de una región y, por lo mismo, no existe en tiempos breves el caso de una tribu nómada que provenga, por ejemplo, del Amazonas y que termine en las pampas argentinas.
Dicho hábito, para una sociedad nómada, es un estilo de vida, una forma de subsistencia y posee una organización social, política, religiosa, administrativa y económica adaptada. El término nomadismo designa las más antiguas formas de subsistencia y desarrollo humano. Es objeto de estudio de la historia, la antropología, la arqueología, la sociología y, especialmente, la etnografía. Desde un punto de vista de eficiencia y como desarrollo sostenible, es un estilo de vida congruente con el medio ambiente, pues consiste en mover la población hacia los recursos y no a la inversa.
Los pueblos nómadas son tan diversos como sus orígenes, los ambientes donde viven y la forma en que subsisten. Sin embargo, un pueblo nómada tiene por lo general una organización política, administrativa y económica menos elaborada que un pueblo sedentario. No es frecuente, por ejemplo, un líder absoluto (rey o gobernante) que ostente el poder político por mucho tiempo, dado que el grupo se mueve constantemente y sigue una lógica de autodeterminación, de acuerdo con las circunstancias.
Las tribus y clanes son la principal estructura organizativa. Las mismas se unen o se alían para responder a situaciones de amenaza, matrimonio, subsistencia y otras circunstancias. Los nómadas poseen por lo general una sociedad patriarcal, en la cual el padre y en general el anciano tienen una autoridad vertical, absoluta e incontestable. Es en general el anciano quien dice a dónde ir, dónde asentarse, cuándo partir, y seguir su consejo es símbolo de sabiduría.
Si bien se dice que el nomadismo es el desplazamiento constante de un grupo humano, eso no quiere decir que sea indiferente a un determinado territorio. Por lo general, los pueblos nómadas guardan ciertos límites por largo tiempo dentro de una región y, por lo mismo, no existe en tiempos breves el caso de una tribu nómada que provenga, por ejemplo, del Amazonas y que termine en las pampas argentinas.
Dicho hábito, para una sociedad nómada, es un estilo de vida, una forma de subsistencia y posee una organización social, política, religiosa, administrativa y económica adaptada. El término nomadismo designa las más antiguas formas de subsistencia y desarrollo humano. Es objeto de estudio de la historia, la antropología, la arqueología, la sociología y, especialmente, la etnografía. Desde un punto de vista de eficiencia y como desarrollo sostenible, es un estilo de vida congruente con el medio ambiente, pues consiste en mover la población hacia los recursos y no a la inversa.
Los pueblos nómadas son tan diversos como sus orígenes, los ambientes donde viven y la forma en que subsisten. Sin embargo, un pueblo nómada tiene por lo general una organización política, administrativa y económica menos elaborada que un pueblo sedentario. No es frecuente, por ejemplo, un líder absoluto (rey o gobernante) que ostente el poder político por mucho tiempo, dado que el grupo se mueve constantemente y sigue una lógica de autodeterminación, de acuerdo con las circunstancias.
Las tribus y clanes son la principal estructura organizativa. Las mismas se unen o se alían para responder a situaciones de amenaza, matrimonio, subsistencia y otras circunstancias. Los nómadas poseen por lo general una sociedad patriarcal, en la cual el padre y en general el anciano tienen una autoridad vertical, absoluta e incontestable. Es en general el anciano quien dice a dónde ir, dónde asentarse, cuándo partir, y seguir su consejo es símbolo de sabiduría.