En la tundra las temperaturas son frías durante todo el año. Se distinguen sólo dos estaciones: el invierno, que dura la mayor parte del año, y con temperaturas que alcanzan los -20 a -30 ºC; y un verano muy corto y frío, que suele rondar los 5 ºC de media.
En ambas estaciones las variaciones térmicas son muy acusadas, superando incluso los 20 ºC. Son frecuentes también los fuertes vientos ciclónicos y el nivel de precipitación tiende a ser bajo.
2- Variación de luz diurna
La tundra ártica recibe una cantidad limitada de luz solar. Dependiendo de la latitud, el sol puede permanecer por debajo del horizonte hasta por dos meses, dejando la tundra en la oscuridad.
Durante el verano, en cambio, el sol permanece en el cielo 24 horas al día, pero en tanto se mantiene cerca del horizonte, proporciona sólo luz solar de baja intensidad. Es por esta característica que se le llama “la tierra del sol de medianoche”.
3- Baja diversidad biótica
La tundra es baja en su diversidad biótica, y sólo los organismos más fuertes pueden sobrevivir en esas condiciones. Las especies que habitan la tundra están adaptadas para sobrellevar largos y fríos inviernos, reproducirse y cuidar de sus crías durante el verano.
Los animales como los mamíferos y las aves también tienen reservas adicionales de grasa. Muchos animales hibernan durante el invierno porque la comida no es abundante. Otra alternativa es migrar hacia el sur en el invierno, como lo hacen los pájaros.
Los reptiles y los anfibios son pocos o ausentes debido a las temperaturas extremadamente frías. En el Ártico, destacan las poblaciones de caribúes, liebres árticas, ardillas, zorros, lobos y osos polares, así como aves migratorias, insectos y peces (salmón, bacalao, trucha).
4- El suelo es permafrost
El suelo se forma lentamente y, debido a las bajas temperaturas, tiene una capa de subsuelo permanentemente congelado llamado permafrost, que se compone principalmente de grava y material más fino.
5- Limitación del drenaje
El agua no puede filtrarse por el suelo debido al permafrost y, muy a menudo, se acumula en la superficie formando áreas pantanosas y estanques.
6- Estructura simple de la vegetación
Durante el corto verano, sólo se descongela una capa superficial del suelo, de no más de 30 cm de profundidad.
Bajo estas condiciones sólo las plantas más resistentes pueden crecer. La típica vegetación de tundra está formada por gramíneas y arbustos, carente de los árboles más altos con raíces más profundas que son tan comunes más al sur.
7- Temporada corta de crecimiento y reproducción
La tundra se caracteriza por la mínima presencia de árboles, debido a las adversas condiciones (los fuertes y persistentes viento), el permafrost, que limita la cantidad de nutrientes en el suelo, además de la brevedad del verano que ofrece sólo una corta temporada de crecimiento para la vegetación.
Aunque hay pocos árboles en la tundra, hay una variedad de vegetación más pequeña que crece en este ambiente y que ha ido desarrollando importantes adaptaciones que les han hecho posible sobrevivir bajo condiciones tan extremas.
Las plantas que se encuentran comúnmente incluyen arbustos enanos, hierbas, musgos y líquenes, que han desarrollado la capacidad de permanecer inactivas durante el invierno, para ahorrar energía y reservarla para los meses más favorecedores y cálidos, siendo el verano su período de crecimiento y floración.
Las plantas pueden llevar a cabo la fotosíntesis a bajas temperaturas y con muy baja intensidad de luz.
8- Energía y nutrientes en forma de material orgánico muerto
El material orgánico muerto funciona como una ciénaga de nutrientes. Los dos nutrientes principales son nitrógeno y fósforo. El nitrógeno se crea por fijación biológica y el fósforo se crea por precipitación.
9- Grandes oscilaciones de población
Debido a la constante inmigración y emigración de animales, la población oscila continuamente.
Durante el verano, cuando el hielo más superficial de la tundra empieza a derretirse, se convierte en tierra empapada, siendo, junto a los lagos, el hogar ideal para más de un centenar de diferentes especies de aves que llegan a la tundra y la costa del Ártico para reproducirse durante esas semanas.
Estas zonas pantanosas también propician el desarrollo y proliferación de insectos, especialmente los mosquitos. Llega una amplia variedad de animales para alimentarse de las plantas que resurgen durante el verano.
Este bioma tuvo históricamente muy bajas densidades de población humana, por lo que ha habido poco efecto en las comunidades de plantas terrestres hasta tiempos recientes, cuando la tecnología avanzada ha permitido un uso más intenso de la tierra para propósitos tales como la extracción de petróleo.
Los derrames de petróleo, la contaminación química y el cambio climático han ido perturbando el permafrost y ocasionando su derretimiento.
1. No tiene arboles, antes tiene plantas herbáceas
2. Las plantas herbáceas crecen como máximo 2m de altura
3. Solo se encuentra en: siberia, Alaska, sur de Groenlandia y norte de canada
Las 9 características principales de la tundra
1- Clima extremadamente frío
En la tundra las temperaturas son frías durante todo el año. Se distinguen sólo dos estaciones: el invierno, que dura la mayor parte del año, y con temperaturas que alcanzan los -20 a -30 ºC; y un verano muy corto y frío, que suele rondar los 5 ºC de media.
En ambas estaciones las variaciones térmicas son muy acusadas, superando incluso los 20 ºC. Son frecuentes también los fuertes vientos ciclónicos y el nivel de precipitación tiende a ser bajo.
2- Variación de luz diurna
La tundra ártica recibe una cantidad limitada de luz solar. Dependiendo de la latitud, el sol puede permanecer por debajo del horizonte hasta por dos meses, dejando la tundra en la oscuridad.
Durante el verano, en cambio, el sol permanece en el cielo 24 horas al día, pero en tanto se mantiene cerca del horizonte, proporciona sólo luz solar de baja intensidad. Es por esta característica que se le llama “la tierra del sol de medianoche”.
3- Baja diversidad biótica
La tundra es baja en su diversidad biótica, y sólo los organismos más fuertes pueden sobrevivir en esas condiciones. Las especies que habitan la tundra están adaptadas para sobrellevar largos y fríos inviernos, reproducirse y cuidar de sus crías durante el verano.
Los animales como los mamíferos y las aves también tienen reservas adicionales de grasa. Muchos animales hibernan durante el invierno porque la comida no es abundante. Otra alternativa es migrar hacia el sur en el invierno, como lo hacen los pájaros.
Los reptiles y los anfibios son pocos o ausentes debido a las temperaturas extremadamente frías. En el Ártico, destacan las poblaciones de caribúes, liebres árticas, ardillas, zorros, lobos y osos polares, así como aves migratorias, insectos y peces (salmón, bacalao, trucha).
4- El suelo es permafrost
El suelo se forma lentamente y, debido a las bajas temperaturas, tiene una capa de subsuelo permanentemente congelado llamado permafrost, que se compone principalmente de grava y material más fino.
5- Limitación del drenaje
El agua no puede filtrarse por el suelo debido al permafrost y, muy a menudo, se acumula en la superficie formando áreas pantanosas y estanques.
6- Estructura simple de la vegetación
Durante el corto verano, sólo se descongela una capa superficial del suelo, de no más de 30 cm de profundidad.
Bajo estas condiciones sólo las plantas más resistentes pueden crecer. La típica vegetación de tundra está formada por gramíneas y arbustos, carente de los árboles más altos con raíces más profundas que son tan comunes más al sur.
7- Temporada corta de crecimiento y reproducción
La tundra se caracteriza por la mínima presencia de árboles, debido a las adversas condiciones (los fuertes y persistentes viento), el permafrost, que limita la cantidad de nutrientes en el suelo, además de la brevedad del verano que ofrece sólo una corta temporada de crecimiento para la vegetación.
Aunque hay pocos árboles en la tundra, hay una variedad de vegetación más pequeña que crece en este ambiente y que ha ido desarrollando importantes adaptaciones que les han hecho posible sobrevivir bajo condiciones tan extremas.
Las plantas que se encuentran comúnmente incluyen arbustos enanos, hierbas, musgos y líquenes, que han desarrollado la capacidad de permanecer inactivas durante el invierno, para ahorrar energía y reservarla para los meses más favorecedores y cálidos, siendo el verano su período de crecimiento y floración.
Las plantas pueden llevar a cabo la fotosíntesis a bajas temperaturas y con muy baja intensidad de luz.
8- Energía y nutrientes en forma de material orgánico muerto
El material orgánico muerto funciona como una ciénaga de nutrientes. Los dos nutrientes principales son nitrógeno y fósforo. El nitrógeno se crea por fijación biológica y el fósforo se crea por precipitación.
9- Grandes oscilaciones de población
Debido a la constante inmigración y emigración de animales, la población oscila continuamente.
Durante el verano, cuando el hielo más superficial de la tundra empieza a derretirse, se convierte en tierra empapada, siendo, junto a los lagos, el hogar ideal para más de un centenar de diferentes especies de aves que llegan a la tundra y la costa del Ártico para reproducirse durante esas semanas.
Estas zonas pantanosas también propician el desarrollo y proliferación de insectos, especialmente los mosquitos. Llega una amplia variedad de animales para alimentarse de las plantas que resurgen durante el verano.
Este bioma tuvo históricamente muy bajas densidades de población humana, por lo que ha habido poco efecto en las comunidades de plantas terrestres hasta tiempos recientes, cuando la tecnología avanzada ha permitido un uso más intenso de la tierra para propósitos tales como la extracción de petróleo.
Los derrames de petróleo, la contaminación química y el cambio climático han ido perturbando el permafrost y ocasionando su derretimiento.