TRANSICIÓN DE LA EDAD MEDIA A LA ÉPOCA MODERNA: cambios y permanencias
A partir del siglo XV comenzaron a producirse transformaciones significativas en la vida económica, política, social y cultural de Europa Occidental, que fueron modelando lo que se conoce como Época Moderna. Sin embargo, en este período es importante advertir que no hubo un corte tajante con la Edad Media. Por el contrario, persistieron algunos aspectos de la Baja Edad Media que marcaron una continuidad con el pasado.
En el aspecto social, continuaron los estamentos y el predominio de la aristocracia feudal, pero empezó a adquirir mayor peso la burguesía, sector vinculado al comercio. Desde la Edad Media la sociedad estaba organizada en tres órdenes o estamentos donde casi no existía la movilidad social y los hijos heredaban la condición y hasta el trabajo de sus padres. Cada estamento tenía una función social, un estatuto jurídico particular y unas características propias. La división se basaba en la función que cumplía cada estamento dentro de la sociedad: los privilegiados -debajo del Rey- eran el clero (oraban para la salvación de las almas) y la nobleza (luchaban para defender a la sociedad), y en el tercer estamento se encontraba el resto de la sociedad (campesinos libres y siervos), cuya función era trabajar para producir el alimento, siendo el orden no privilegiado y sobrecargado de impuestos.
La sociedad europea no era de ningún modo igualitaria. Así, encontramos a los nobles que basaban su prestigio en un título de nobleza y eran los dueños de grandes extensiones de tierra. Eran muy cercanos a los reyes gobernantes, y solían casarse dentro del mismo grupo para conservar la riqueza y los títulos. Los nobles eran dueños de las tierras pero no las trabajaban, sino que lo hacían los campesinos. Había campesinos pequeños propietarios de tierras, otros, la gran mayoría trabajaba para los nobles y aún quedaban siervos; es decir, campesinos que eran considerados semi libres ya que no podían abandonar la tierra de su señor.
Otro grupo importante era el clero, formado por miembros de la iglesia. Mientras que el papa, cardenales y obispos eran ricos, poderosos y dueños de tierras al igual que los nobles, los curas de parroquias eran muy pobres al igual que los campesinos.
Cuando comienzan a renacer las ciudades a fines de la Edad Media, aparece un nuevo grupo social: los burgueses. Debido a su origen humilde fue considerado dentro del tercer estamento, aunque en realidad su mentalidad y forma de vida no coincidía con los valores de la sociedad de ese momento. Dentro de la burguesía, que inicialmente trabajaba para vivir, había médicos, maestros, pequeños comerciantes, artesanos, prestamistas y hasta grandes comerciantes que habían logrado enriquecerse y vivir de sus rentas.
Europa tenía hacia 1500 una población aproximada de 80 millones de personas. El país más poblado era Francia con 16 millones de habitantes. Para 1600 la población había aumentado a 100 millones de personas. La mayoría de la población seguía viviendo en el medio rural. En muchas zonas como Rusia, los Estados alemanes y la Península Ibérica, la población de las ciudades solo era alrededor del 5% del total. Por el contrario, en los Estados Italianos y los Países Bajos la población urbana alcanzaba aproximadamente el 30%. Allí estaban las ciudades más pobladas y los burgueses más ricos.
En el aspecto económico, durante los siglos XV y XVI se mantuvieron las formas feudales de producción aunque se produjeron algunos cambios. Las ciudades Italianas, como Venecia y Florencia, y las de los países bajos como Ámsterdam, eran las más prósperas gracias al comercio con el Lejano Oriente. Las especias, las sedas y los tapices enriquecían la mesa y los palacios de la nobleza y de la creciente burguesía. El desarrollo del comercio había permitido a los burgueses acumular riquezas y a partir del siglo XV impulsaron nuevas empresas desarrollando un sistema económico basado en la acumulación de capitales, denominado Capitalismo. Aparecieron nuevas técnicas comerciales, como la letra de cambio y la contabilidad por partida doble. Los burgueses, que invertían en el campo las ganancias obtenidas en el comercio, impulsaron adelantos técnicos y nuevas formas de producción en el ámbito rural.
En el plano político, se constituyeron Estados centralizados en torno al monarca, que contribuyó al progresivo abandono de la fragmentación política del sistema feudal.
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TRANSICIÓN DE LA EDAD MEDIA A LA ÉPOCA MODERNA: cambios y permanencias
A partir del siglo XV comenzaron a producirse transformaciones significativas en la vida económica, política, social y cultural de Europa Occidental, que fueron modelando lo que se conoce como Época Moderna. Sin embargo, en este período es importante advertir que no hubo un corte tajante con la Edad Media. Por el contrario, persistieron algunos aspectos de la Baja Edad Media que marcaron una continuidad con el pasado.
En el aspecto social, continuaron los estamentos y el predominio de la aristocracia feudal, pero empezó a adquirir mayor peso la burguesía, sector vinculado al comercio. Desde la Edad Media la sociedad estaba organizada en tres órdenes o estamentos donde casi no existía la movilidad social y los hijos heredaban la condición y hasta el trabajo de sus padres. Cada estamento tenía una función social, un estatuto jurídico particular y unas características propias. La división se basaba en la función que cumplía cada estamento dentro de la sociedad: los privilegiados -debajo del Rey- eran el clero (oraban para la salvación de las almas) y la nobleza (luchaban para defender a la sociedad), y en el tercer estamento se encontraba el resto de la sociedad (campesinos libres y siervos), cuya función era trabajar para producir el alimento, siendo el orden no privilegiado y sobrecargado de impuestos.
La sociedad europea no era de ningún modo igualitaria. Así, encontramos a los nobles que basaban su prestigio en un título de nobleza y eran los dueños de grandes extensiones de tierra. Eran muy cercanos a los reyes gobernantes, y solían casarse dentro del mismo grupo para conservar la riqueza y los títulos. Los nobles eran dueños de las tierras pero no las trabajaban, sino que lo hacían los campesinos. Había campesinos pequeños propietarios de tierras, otros, la gran mayoría trabajaba para los nobles y aún quedaban siervos; es decir, campesinos que eran considerados semi libres ya que no podían abandonar la tierra de su señor.
Otro grupo importante era el clero, formado por miembros de la iglesia. Mientras que el papa, cardenales y obispos eran ricos, poderosos y dueños de tierras al igual que los nobles, los curas de parroquias eran muy pobres al igual que los campesinos.
Cuando comienzan a renacer las ciudades a fines de la Edad Media, aparece un nuevo grupo social: los burgueses. Debido a su origen humilde fue considerado dentro del tercer estamento, aunque en realidad su mentalidad y forma de vida no coincidía con los valores de la sociedad de ese momento. Dentro de la burguesía, que inicialmente trabajaba para vivir, había médicos, maestros, pequeños comerciantes, artesanos, prestamistas y hasta grandes comerciantes que habían logrado enriquecerse y vivir de sus rentas.
Europa tenía hacia 1500 una población aproximada de 80 millones de personas. El país más poblado era Francia con 16 millones de habitantes. Para 1600 la población había aumentado a 100 millones de personas. La mayoría de la población seguía viviendo en el medio rural. En muchas zonas como Rusia, los Estados alemanes y la Península Ibérica, la población de las ciudades solo era alrededor del 5% del total. Por el contrario, en los Estados Italianos y los Países Bajos la población urbana alcanzaba aproximadamente el 30%. Allí estaban las ciudades más pobladas y los burgueses más ricos.
En el aspecto económico, durante los siglos XV y XVI se mantuvieron las formas feudales de producción aunque se produjeron algunos cambios. Las ciudades Italianas, como Venecia y Florencia, y las de los países bajos como Ámsterdam, eran las más prósperas gracias al comercio con el Lejano Oriente. Las especias, las sedas y los tapices enriquecían la mesa y los palacios de la nobleza y de la creciente burguesía. El desarrollo del comercio había permitido a los burgueses acumular riquezas y a partir del siglo XV impulsaron nuevas empresas desarrollando un sistema económico basado en la acumulación de capitales, denominado Capitalismo. Aparecieron nuevas técnicas comerciales, como la letra de cambio y la contabilidad por partida doble. Los burgueses, que invertían en el campo las ganancias obtenidas en el comercio, impulsaron adelantos técnicos y nuevas formas de producción en el ámbito rural.
En el plano político, se constituyeron Estados centralizados en torno al monarca, que contribuyó al progresivo abandono de la fragmentación política del sistema feudal.