Oscar Wilde en “El Príncipe Feliz” -una de sus primeras obras (1818)-, revela ya su visión de brillante crítico social, que ha dado a su literatura, una vigencia universal.
Presenta una cruda caricatura de la vida en Inglaterra a fines del siglo XIX, donde las diferencias sociales eran muy marcadas: la nobleza vivía en sus palacios rodeada de boato y riquezas y el pueblo sufría hambre y frío.
Es un relato muy triste, pero que –como todo cuento maravilloso- tiene un final feliz.
Oscar Wilde en “El Príncipe Feliz” -una de sus primeras obras (1818)-, revela ya su visión de brillante crítico social, que ha dado a su literatura, una vigencia universal.
Presenta una cruda caricatura de la vida en Inglaterra a fines del siglo XIX, donde las diferencias sociales eran muy marcadas: la nobleza vivía en sus palacios rodeada de boato y riquezas y el pueblo sufría hambre y frío.
Es un relato muy triste, pero que –como todo cuento maravilloso- tiene un final feliz.