características físicas y sociales de el INGENIERO ANDRAE del cuento: "Tenga para que se entretenga" de: José Emilio Pacheco
angelesw72
En la historia “Tenga para que se entretenga” escrito por José Emilio Pacheco, la señora Olga Martínez de Andrade era esposa del reconocido Ingeniero Andrade, ellos eran los padres de Rafael, niño de 6 años quien se desapareció. Olga Martínez de Andrade era una señora de mediana edad, muy hermosa, sin necesidad de maquillaje ni cirugías plásticas. Se puede considerar que Olga fue una mujer despreocupada e irresponsable al dejar que su pequeño hijo de 6 años fuera llevado por un hombre desconocido hacia la entrada de una caverna subterránea, lugar en donde luego desaparecieron, antes de llevárselo le dio a la madre un periódico viejo con una rosa y un alfiler. Olga Martínez de Andrade fue enviada a una clínica psiquiátrica en donde fue atendida por médicos especializados. El ingeniero Andradre siempre se mantuvo desconcertado y preocupado por tan terrible situación de la desaparición de su hijo. Luego de unas cuantas semanas la señora Olga Martínez de Andrade se encontraba muy desmejorada, como si hubiese envejecido varios años. Ella acepta su error y expreso que jamás se va a perdonar a ella misma por haber dejado a su hijo con aquel hombre misterioso.
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eduardoovilla
mald1t0 1mb3c1l dice el ingeniero andrade no la olga Martínez
Olga Martínez de Andrade era una señora de mediana edad, muy hermosa, sin necesidad de maquillaje ni cirugías plásticas. Se puede considerar que Olga fue una mujer despreocupada e irresponsable al dejar que su pequeño hijo de 6 años fuera llevado por un hombre desconocido hacia la entrada de una caverna subterránea, lugar en donde luego desaparecieron, antes de llevárselo le dio a la madre un periódico viejo con una rosa y un alfiler.
Olga Martínez de Andrade fue enviada a una clínica psiquiátrica en donde fue atendida por médicos especializados. El ingeniero Andradre siempre se mantuvo desconcertado y preocupado por tan terrible situación de la desaparición de su hijo.
Luego de unas cuantas semanas la señora Olga Martínez de Andrade se encontraba muy desmejorada, como si hubiese envejecido varios años. Ella acepta su error y expreso que jamás se va a perdonar a ella misma por haber dejado a su hijo con aquel hombre misterioso.