La región amazónica de Venezuela, está localizada principalmente al sur del país en la extensión del rio Orinoco, ocupa principalmente los dos estados más extensos del país: Bolívar y Amazonas, que con el estado de Delta Amacuro al noroeste del país y con una pequeña porción del estado apure al sur-oeste, suman 491.389 km², conformando más de 50% del territorio nacional.
Esta región amazónica posee baja densidad de población (aprox. 20 hab / km²), representando sólo el 8,5% de la población total, es decir aproximadamente de 32 millones, sin embargo, en esta zona habitan 24 pueblos originarios de la totalidad que viven en Venezuela.
La extracción ilegal de oro, especialmente en el estado de Bolívar y Amazonas, donde se encuentran el 60% de los yacimientos de todo el país, atrajo grandes flujos migratorios del interior y de los países vecinos, produciendo grandes daños ambientales e impactos negativos en los pueblos originarios de estos estados.
Además, en los últimos años, el Estado venezolano, ante la baja del petróleo crudo, a través de convenios con diversos países y empresas transnacionales, emprendió una nueva política minera de forma vertiginosa e invasiva. Esto generó consecuencias devastadoras como la destrucción de la naturaleza y la exclusión y agresión a los pueblos que habitan en la región.
Respuesta:
La región amazónica de Venezuela, está localizada principalmente al sur del país en la extensión del rio Orinoco, ocupa principalmente los dos estados más extensos del país: Bolívar y Amazonas, que con el estado de Delta Amacuro al noroeste del país y con una pequeña porción del estado apure al sur-oeste, suman 491.389 km², conformando más de 50% del territorio nacional.
Esta región amazónica posee baja densidad de población (aprox. 20 hab / km²), representando sólo el 8,5% de la población total, es decir aproximadamente de 32 millones, sin embargo, en esta zona habitan 24 pueblos originarios de la totalidad que viven en Venezuela.
La extracción ilegal de oro, especialmente en el estado de Bolívar y Amazonas, donde se encuentran el 60% de los yacimientos de todo el país, atrajo grandes flujos migratorios del interior y de los países vecinos, produciendo grandes daños ambientales e impactos negativos en los pueblos originarios de estos estados.
Además, en los últimos años, el Estado venezolano, ante la baja del petróleo crudo, a través de convenios con diversos países y empresas transnacionales, emprendió una nueva política minera de forma vertiginosa e invasiva. Esto generó consecuencias devastadoras como la destrucción de la naturaleza y la exclusión y agresión a los pueblos que habitan en la región.
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