Las características de los equipos electrónicos varían continua y profundamente. Por una parte, se hacen cada día más pequeños: el sistema de ayer pasa a estar integrado en un chip de hoy, en la línea demandada por el mercado de reducido peso y volumen e incluso de portabilidad. Pero, además, también consumen menos: equipos complejos es posible que sean alimentados con pilas o baterías. Y unido al aumento de la complejidad de los circuitos integrados se presenta una importante mejora de su fiabilidad: fallan menos, duran más; ya no se averían tanto como antes.
Las características de los equipos electrónicos varían continua y profundamente. Por una parte, se hacen cada día más pequeños: el sistema de ayer pasa a estar integrado en un chip de hoy, en la línea demandada por el mercado de reducido peso y volumen e incluso de portabilidad. Pero, además, también consumen menos: equipos complejos es posible que sean alimentados con pilas o baterías. Y unido al aumento de la complejidad de los circuitos integrados se presenta una importante mejora de su fiabilidad: fallan menos, duran más; ya no se averían tanto como antes.