Camilo Ponce Enríquez nació en Quito el 31 de enero de 1912,
Desde muy joven abrazó la carrera política y se consagró a la vida pública. La vocación política no era ajena a su familia, pues su abuelo paterno, Camilo Ponce Ortiz, fue una figura descollante del partido conservador ecuatoriano en el siglo XIX, en el que fue varias veces ministro, legislador y dos veces candidato a la presidencia.3 En 1939 Ponce Enríquez fue fundador y secretario general del Frente Nacional que luchó por la implantación del sufragio libre en el Ecuador y posteriormente también de la Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE), de la cual fue uno de sus principales líderes, que encabezó la Revolución del 28 de mayo de 1944 conocida como "La Gloriosa", que puso fin al gobierno del doctor Carlos Alberto Arroyo del Río, que estaba totalmente desprestigiado por la debacle territorial de 1941, y puso al doctor José María Velasco Ibarra por segunda vez en la Presidencia. Este último designó al joven Ponce Enríquez (32 años) como su Canciller y como tal le correspondió el honor de firmar, a nombre del Ecuador, la Carta de San Francisco que creó la Organización de las Naciones Unidas.
Con una imagen política creciente, antes había sido ya electo Vicepresidente del Consejo Municipal de Quito, en 1946 fue elegido diputado por la Provincia de Pichincha a la Asamblea Constituyente, que lo designó Vicepresidente de la misma. Fue fugazmente ministro de obras públicas en el gobierno de Mariano Suárez Veintimilla y en 1951, junto con Sixto Durán Ballén y otros jóvenes políticos y profesionales de orientación cristiana fundaron el Movimiento Social Cristiano (MSC), el cual se convertiría posteriormente en el Partido Social Cristiano (PSC). Fue elegido Senador funcional por la agricultura, pero dada su figuración y prestancia política, Velasco Ibarra lo nombra ministro de gobierno durante su tercer mandato (1952-1956), que gracias a Ponce Enríquez es el único de los cinco que Velasco Ibarra lo culmina sin ser derrocado. Como ministro de gobierno, que en los hechos equivalía a un primer ministro, Ponce Enríquez acusa una oposición cerrada de liberales y socialistas que lo interpelan políticamente en el Congreso Nacional por dos ocasiones.
Su mandato (1956-1960), a pesar del escepticismo de muchos, intentaría ser un ejemplo de tolerancia y libertades ciudadanas hasta poco antes del final, en que se vería empañado por los tristes acontecimientos de junio de 1959, en que la represión dejaría un saldo trágico de varios centenares de muertos en Guayaquil. Fue también una administración que dejó al país considerable obra pública. Ponce administró el país con austeridad y fomentó su desarrollo en todos los órdenes. Su legado en infraestructura y obra pública es visible hasta nuestros días: los edificios del Congreso (actual Asamblea Nacional del Ecuador), de la Cancillería, del Instituto de Seguridad Social, del Hotel Quito, de las residencias universitarias, los aeropuertos de Quito y Guayaquil, la restauración del Palacio del Gobierno y de la sala capitular de San Agustín, el Puerto Nuevo (edificios, dársenas, muelles, bodegas), considerado al terminarse como el mejor de la costa pacífica de Sudamérica, el Estadio Modelo, el inicio del puente sobre el río Guayas, el puente de Las Juntas, el túnel Agoyán, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL),
Dotó a las Fuerzas Armadas de edificios, bases y equipos. Se mostró incansable en la obra vial de carreteras, puentes, túneles y en telecomunicaciones y puertos. Y en lo social promulgó el seguro de cesantía para empleados privados y obreros. No se podía esperar de él una transformación social; pero tapó la boca a sus adversarios con la eficacia operativa, la separación de la Iglesia y del Estado y un gobierno que intentó equilibrar las influencias de las oligarquías regionales de la Sierra y de la Costa. Consolidó las instituciones de la democracia formal, dio aire a los partidos políticos y supo mostrarse más grande que la oposición de propios y extraños.
Al terminar su mandato, entregó constitucionalmente el poder, para cerrar un período de estabilidad democrática que no tuvo el país en muchos años y se mantuvo apartado de la política durante unos años, hasta que volvió para oponerse a la dictadura militar que se instauró a partir de 1963. Participó activamente en el retorno a la democracia e interviene nuevamente como candidato presidencial en 1968, en la que luego de una cerrada campaña, fue derrotado por pocos votos por Velasco Ibarra. A partir de ahí declina su actividad política personal, pero quedaría su legado doctrinal e ideológico a través del Partido Social Cristiano, que sería una fuerza electoral determinante en los años que siguieron al retorno democrático de 1979. Camilo Ponce Enríquez fallece en Quito el 13 de septiembre de 1976
Camilo Ponce Enríquez nació en Quito el 31 de enero de 1912,
Desde muy joven abrazó la carrera política y se consagró a la vida pública. La vocación política no era ajena a su familia, pues su abuelo paterno, Camilo Ponce Ortiz, fue una figura descollante del partido conservador ecuatoriano en el siglo XIX, en el que fue varias veces ministro, legislador y dos veces candidato a la presidencia.3 En 1939 Ponce Enríquez fue fundador y secretario general del Frente Nacional que luchó por la implantación del sufragio libre en el Ecuador y posteriormente también de la Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE), de la cual fue uno de sus principales líderes, que encabezó la Revolución del 28 de mayo de 1944 conocida como "La Gloriosa", que puso fin al gobierno del doctor Carlos Alberto Arroyo del Río, que estaba totalmente desprestigiado por la debacle territorial de 1941, y puso al doctor José María Velasco Ibarra por segunda vez en la Presidencia. Este último designó al joven Ponce Enríquez (32 años) como su Canciller y como tal le correspondió el honor de firmar, a nombre del Ecuador, la Carta de San Francisco que creó la Organización de las Naciones Unidas.
Con una imagen política creciente, antes había sido ya electo Vicepresidente del Consejo Municipal de Quito, en 1946 fue elegido diputado por la Provincia de Pichincha a la Asamblea Constituyente, que lo designó Vicepresidente de la misma. Fue fugazmente ministro de obras públicas en el gobierno de Mariano Suárez Veintimilla y en 1951, junto con Sixto Durán Ballén y otros jóvenes políticos y profesionales de orientación cristiana fundaron el Movimiento Social Cristiano (MSC), el cual se convertiría posteriormente en el Partido Social Cristiano (PSC). Fue elegido Senador funcional por la agricultura, pero dada su figuración y prestancia política, Velasco Ibarra lo nombra ministro de gobierno durante su tercer mandato (1952-1956), que gracias a Ponce Enríquez es el único de los cinco que Velasco Ibarra lo culmina sin ser derrocado. Como ministro de gobierno, que en los hechos equivalía a un primer ministro, Ponce Enríquez acusa una oposición cerrada de liberales y socialistas que lo interpelan políticamente en el Congreso Nacional por dos ocasiones.
Su mandato (1956-1960), a pesar del escepticismo de muchos, intentaría ser un ejemplo de tolerancia y libertades ciudadanas hasta poco antes del final, en que se vería empañado por los tristes acontecimientos de junio de 1959, en que la represión dejaría un saldo trágico de varios centenares de muertos en Guayaquil. Fue también una administración que dejó al país considerable obra pública. Ponce administró el país con austeridad y fomentó su desarrollo en todos los órdenes. Su legado en infraestructura y obra pública es visible hasta nuestros días: los edificios del Congreso (actual Asamblea Nacional del Ecuador), de la Cancillería, del Instituto de Seguridad Social, del Hotel Quito, de las residencias universitarias, los aeropuertos de Quito y Guayaquil, la restauración del Palacio del Gobierno y de la sala capitular de San Agustín, el Puerto Nuevo (edificios, dársenas, muelles, bodegas), considerado al terminarse como el mejor de la costa pacífica de Sudamérica, el Estadio Modelo, el inicio del puente sobre el río Guayas, el puente de Las Juntas, el túnel Agoyán, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL),
Dotó a las Fuerzas Armadas de edificios, bases y equipos. Se mostró incansable en la obra vial de carreteras, puentes, túneles y en telecomunicaciones y puertos. Y en lo social promulgó el seguro de cesantía para empleados privados y obreros. No se podía esperar de él una transformación social; pero tapó la boca a sus adversarios con la eficacia operativa, la separación de la Iglesia y del Estado y un gobierno que intentó equilibrar las influencias de las oligarquías regionales de la Sierra y de la Costa. Consolidó las instituciones de la democracia formal, dio aire a los partidos políticos y supo mostrarse más grande que la oposición de propios y extraños.
Al terminar su mandato, entregó constitucionalmente el poder, para cerrar un período de estabilidad democrática que no tuvo el país en muchos años y se mantuvo apartado de la política durante unos años, hasta que volvió para oponerse a la dictadura militar que se instauró a partir de 1963. Participó activamente en el retorno a la democracia e interviene nuevamente como candidato presidencial en 1968, en la que luego de una cerrada campaña, fue derrotado por pocos votos por Velasco Ibarra. A partir de ahí declina su actividad política personal, pero quedaría su legado doctrinal e ideológico a través del Partido Social Cristiano, que sería una fuerza electoral determinante en los años que siguieron al retorno democrático de 1979. Camilo Ponce Enríquez fallece en Quito el 13 de septiembre de 1976