Entre sus amistades más cercanas, se encontraba Albina Aramburú Raygada de Pardo, quién vivía en una casa del Jirón de la Unión, por donde pasaba el Cristo Moreno, fue ahí donde Isabel empezaría a empaparse del espíritu Religioso de la procesión. Al poco tiempo se convocó a un concurso donde se elegiría el nuevo Himno al Patrón Jurado de Lima; la compositora decidió participar. En un momento creyó que no iba a concretar nada.
En tal desesperación, su padre le dijo que escribiese. Un día entero se la pasó ensayando pentagramas, y en el momento de escribir las primeras notas se le nubló la vista, sobreviniéndole un llanto inconsciente que terminó por despintar su trabajo. La tarea parecía superior a sus fuerzas; exhausta se rindió al sueño y cuando se despertó, tocó el piano durante muchas horas, parecía como si hubiese tenido un sueño inspirador. Jamás supo en realidad que había interpretado, pero varios días después escribió de corrido casi toda la Marcha del Señor de los Milagros.
Ordenada, formal y con un carácter fuerte e independiente, vivió sus últimos años prácticamente como una religiosa, era muy austera y fervorosa, dejando de existir en 1991.
Himno al Señor de Los Milagros
Este proceso de composición, en el que la autora visualizó toda su vida, en especial las veces que había tomado contacto con las procesiones y el Santuario de Las Nazarenas, se inspiró en las apoteósicas salidas del Señor de su Templo y Monasterio y en la efigie que mira a sus fieles.
Respuesta:
El Señor de Los Milagros
Entre sus amistades más cercanas, se encontraba Albina Aramburú Raygada de Pardo, quién vivía en una casa del Jirón de la Unión, por donde pasaba el Cristo Moreno, fue ahí donde Isabel empezaría a empaparse del espíritu Religioso de la procesión. Al poco tiempo se convocó a un concurso donde se elegiría el nuevo Himno al Patrón Jurado de Lima; la compositora decidió participar. En un momento creyó que no iba a concretar nada.
En tal desesperación, su padre le dijo que escribiese. Un día entero se la pasó ensayando pentagramas, y en el momento de escribir las primeras notas se le nubló la vista, sobreviniéndole un llanto inconsciente que terminó por despintar su trabajo. La tarea parecía superior a sus fuerzas; exhausta se rindió al sueño y cuando se despertó, tocó el piano durante muchas horas, parecía como si hubiese tenido un sueño inspirador. Jamás supo en realidad que había interpretado, pero varios días después escribió de corrido casi toda la Marcha del Señor de los Milagros.
Ordenada, formal y con un carácter fuerte e independiente, vivió sus últimos años prácticamente como una religiosa, era muy austera y fervorosa, dejando de existir en 1991.
Himno al Señor de Los Milagros
Este proceso de composición, en el que la autora visualizó toda su vida, en especial las veces que había tomado contacto con las procesiones y el Santuario de Las Nazarenas, se inspiró en las apoteósicas salidas del Señor de su Templo y Monasterio y en la efigie que mira a sus fieles.
Explicación:
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