En mayo de 1994 la Congregación de las Siervas del Santísimo y de la Caridad envió una carta al Episcopado colombiano informando sobre el proceso de postulación de su fundadora ante la Congregación para la Causa de los Santos, en El Vaticano, la cual había iniciaron con el visto bueno del arzobispo de Medellín de ese tiempo, monseñor Héctor Rueda Hernández. En ese momento, las religiosas recibieron el consentimiento de los obispos reunidos en la LIX Asamblea Plenaria de ese año. Desde entonces, han mantenido comunicación con la Santa Sede, que progresivamente ha venido informando sobre el proceso de canonización de María Jesús Upegui Moreno. Su postulador, monseñor Jorge Aníbal Rojas Bustamante, también lideró el proceso de santa Laura Montoya. Y curiosamente, a santa Laura y a la sierva de Dios María Jesús, las une no sólo un hálito de santidad. La segunda fue tía de la primera.
María Jesús nació el 4 de enero de 1837 en el caserío de Ana, hoy Robledo, en Medellín, en el corazón de una ciudad dividida y lacerada por ideologías y enfrentamientos bélicos sin precedentes. Dos horas después del parto murió su madre, María de Jesús Moreno.
En 1852, a la edad de 15 años abandonó su casa de su padre, Lucio Upegui, y se inició como colaboradora en obras apostólicas, especialmente con los más pobres y necesitados. Era grande su deseo de ayudar a extender el Reino de Dios.
En su caminar apostólico se reveló la profundidad de su vida espiritual. Una lectura atenta de su vida eucarística y de servicio a los pobres, permite reconocer sus esfuerzos y combates en su búsqueda de perfección cristiana. El austero modo de vida y los agotadores ayunos que practicaba desde antes de ser fundadora, la fortalecieron en su camino de amor, servicio y entrega.
Sencilla pero valerosa y abandonada totalmente en Dios, emprendió la aventura de fundar la Congregación de las Siervas del Santísimo y de la Caridad, el 19 de marzo de 1901. 20 años después falleció en el convento, a los 84 años de edad.
Si avanza su proceso de canonización, Colombia tendría otra santa antioqueña, fundadora y, además, pariente cercana de santa Laura de Jericó.
En mayo de 1994 la Congregación de las Siervas del Santísimo y de la Caridad envió una carta al Episcopado colombiano informando sobre el proceso de postulación de su fundadora ante la Congregación para la Causa de los Santos, en El Vaticano, la cual había iniciaron con el visto bueno del arzobispo de Medellín de ese tiempo, monseñor Héctor Rueda Hernández. En ese momento, las religiosas recibieron el consentimiento de los obispos reunidos en la LIX Asamblea Plenaria de ese año. Desde entonces, han mantenido comunicación con la Santa Sede, que progresivamente ha venido informando sobre el proceso de canonización de María Jesús Upegui Moreno. Su postulador, monseñor Jorge Aníbal Rojas Bustamante, también lideró el proceso de santa Laura Montoya. Y curiosamente, a santa Laura y a la sierva de Dios María Jesús, las une no sólo un hálito de santidad. La segunda fue tía de la primera.
María Jesús nació el 4 de enero de 1837 en el caserío de Ana, hoy Robledo, en Medellín, en el corazón de una ciudad dividida y lacerada por ideologías y enfrentamientos bélicos sin precedentes. Dos horas después del parto murió su madre, María de Jesús Moreno.
En 1852, a la edad de 15 años abandonó su casa de su padre, Lucio Upegui, y se inició como colaboradora en obras apostólicas, especialmente con los más pobres y necesitados. Era grande su deseo de ayudar a extender el Reino de Dios.
En su caminar apostólico se reveló la profundidad de su vida espiritual. Una lectura atenta de su vida eucarística y de servicio a los pobres, permite reconocer sus esfuerzos y combates en su búsqueda de perfección cristiana. El austero modo de vida y los agotadores ayunos que practicaba desde antes de ser fundadora, la fortalecieron en su camino de amor, servicio y entrega.
Sencilla pero valerosa y abandonada totalmente en Dios, emprendió la aventura de fundar la Congregación de las Siervas del Santísimo y de la Caridad, el 19 de marzo de 1901. 20 años después falleció en el convento, a los 84 años de edad.
Si avanza su proceso de canonización, Colombia tendría otra santa antioqueña, fundadora y, además, pariente cercana de santa Laura de Jericó.