Procedente de una familia de campesinos y arrieros de origen mestizo, Vicente Guerrero trabajó desde su juventud como arriero, labor que lo llevaría a recorrer continuamente su región natal. Allí se hallaba cuando, el 16 de septiembre de 1810, se inició el levantamiento independentista del cura Miguel Hidalgo. Un mes después, el cura Hidalgo encargó a José María Morelos llevar la insurrección al sur del país. A lo largo de la primera campaña de Morelos en el sur de México, que se prolongó hasta agosto de 1811, fueron muchos los que se unieron a él; entre ellos se hallaba Hermenegildo Galeana, que había sido enviado por José María Morelos para tomar Taxco, y que convenció a Vicente Guerrero para que se sumara al movimiento independentista. Morelos reconoció los méritos de Guerrero y le otorgó el grado de capitán, ordenándole instruirse en el manejo de las armas, la fabricación de pólvora y las estrategias de guerra. Cuando el cura Hidalgo fue detenido y ejecutado en julio de 1811, el liderazgo de la revuelta pasó a manos de Ignacio López Rayón y José María Morelos. Siempre al servicio de Morelos, en 1812 tomó parte en la conquista de Oaxaca, y de nuevo por su demostración continua de valor fue ascendido a teniente coronel.
Comisionado por Morelos para que reforzara la zona costera del sur, Vicente Guerrero conquistó Puerto Escondido y Santa Cruz de Huatulco y participó en la toma de Acapulco. En 1814, Guerrero y su ejército escoltaron a los miembros del Congreso a Tlacotepec para darles seguridad, y después fue enviado a la mixteca como apoyo a las fuerzas insurgentes de Juan N. Rosáins y Ramón Sesma. Su táctica consistía en ataques sorpresivos y rápidos, lo cual le dio gran fama por su efectividad.
En 1815, tras la aprehensión y fusilamiento de Morelos, Guerrero se replegó a la sierra del Sur. Al relevar a Morelos en el liderazgo de la causa emancipadora, Guerrero se convirtió en la última cabeza visible de un levantamiento que parecía ya definitivamente sofocado: los jefes insurgentes Rosáins y Sesma aceptaron el indulto del gobierno; las tropas realistas controlaban ya casi todo el territorio mexicano. El virrey español Juan Ruiz de Apodaca intentó coaccionar a Guerrero, valiéndose de su padre, para que también él aceptara el indulto, pero se negó. En 1818 Guerrero, reconocido como general en jefe del ejército del Sur, mantenía contacto con Pedro Ascencio, en la zona de Iguala y Taxco. Cuando aquella primera intentona independentista parecía agonizante, el inicio en España del trienio liberal (1820-1823) dio un giro a la situación. Entre las élites coloniales empezaron a gestarse conspiraciones para impedir la implantación de un régimen liberal. A finales de 1820 el coronel Agustín de Iturbide fue designado por el virrey Apodaca para que pusiera fin a la insurgencia. Viendo que no podía derrotar fácilmente a Guerrero y consciente de que las autoridades virreinales podían aceptar la independencia como modo de preservar el régimen absolutista, Iturbide se pasó al bando insurgente y redactó el llamado Plan de Iguala (1821), programa político integrado por una proclama de independencia y un plan para el establecimiento de un Gobierno mexicano.
Con el apoyo de Guerrero, Iturbide avanzó al frente de su Ejército Trigarante hacia Ciudad de México, ganando adhesiones en todas partes. En septiembre de 1821, Iturbide entró triunfalmente en la capital, proclamó la independencia y se puso al frente de un gobierno provisional. Pero cuando, un año después, Iturbide se coronó emperador de México, Guerrero tomó las armas para apoyar la sublevación republicana del general Antonio López de Santa Anna. Iturbide cayó en 1823, y, tras un periodo constituyente, el Congreso eligió como primer presidente de la República de México a Guadalupe Victoria (1824-1829), quien incluyó en su primer gabinete a Vicente Guerrero como ministro de Guerra.
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Procedente de una familia de campesinos y arrieros de origen mestizo, Vicente Guerrero trabajó desde su juventud como arriero, labor que lo llevaría a recorrer continuamente su región natal. Allí se hallaba cuando, el 16 de septiembre de 1810, se inició el levantamiento independentista del cura Miguel Hidalgo. Un mes después, el cura Hidalgo encargó a José María Morelos llevar la insurrección al sur del país. A lo largo de la primera campaña de Morelos en el sur de México, que se prolongó hasta agosto de 1811, fueron muchos los que se unieron a él; entre ellos se hallaba Hermenegildo Galeana, que había sido enviado por José María Morelos para tomar Taxco, y que convenció a Vicente Guerrero para que se sumara al movimiento independentista. Morelos reconoció los méritos de Guerrero y le otorgó el grado de capitán, ordenándole instruirse en el manejo de las armas, la fabricación de pólvora y las estrategias de guerra. Cuando el cura Hidalgo fue detenido y ejecutado en julio de 1811, el liderazgo de la revuelta pasó a manos de Ignacio López Rayón y José María Morelos. Siempre al servicio de Morelos, en 1812 tomó parte en la conquista de Oaxaca, y de nuevo por su demostración continua de valor fue ascendido a teniente coronel.
Comisionado por Morelos para que reforzara la zona costera del sur, Vicente Guerrero conquistó Puerto Escondido y Santa Cruz de Huatulco y participó en la toma de Acapulco. En 1814, Guerrero y su ejército escoltaron a los miembros del Congreso a Tlacotepec para darles seguridad, y después fue enviado a la mixteca como apoyo a las fuerzas insurgentes de Juan N. Rosáins y Ramón Sesma. Su táctica consistía en ataques sorpresivos y rápidos, lo cual le dio gran fama por su efectividad.
En 1815, tras la aprehensión y fusilamiento de Morelos, Guerrero se replegó a la sierra del Sur. Al relevar a Morelos en el liderazgo de la causa emancipadora, Guerrero se convirtió en la última cabeza visible de un levantamiento que parecía ya definitivamente sofocado: los jefes insurgentes Rosáins y Sesma aceptaron el indulto del gobierno; las tropas realistas controlaban ya casi todo el territorio mexicano. El virrey español Juan Ruiz de Apodaca intentó coaccionar a Guerrero, valiéndose de su padre, para que también él aceptara el indulto, pero se negó. En 1818 Guerrero, reconocido como general en jefe del ejército del Sur, mantenía contacto con Pedro Ascencio, en la zona de Iguala y Taxco. Cuando aquella primera intentona independentista parecía agonizante, el inicio en España del trienio liberal (1820-1823) dio un giro a la situación. Entre las élites coloniales empezaron a gestarse conspiraciones para impedir la implantación de un régimen liberal. A finales de 1820 el coronel Agustín de Iturbide fue designado por el virrey Apodaca para que pusiera fin a la insurgencia. Viendo que no podía derrotar fácilmente a Guerrero y consciente de que las autoridades virreinales podían aceptar la independencia como modo de preservar el régimen absolutista, Iturbide se pasó al bando insurgente y redactó el llamado Plan de Iguala (1821), programa político integrado por una proclama de independencia y un plan para el establecimiento de un Gobierno mexicano.
Con el apoyo de Guerrero, Iturbide avanzó al frente de su Ejército Trigarante hacia Ciudad de México, ganando adhesiones en todas partes. En septiembre de 1821, Iturbide entró triunfalmente en la capital, proclamó la independencia y se puso al frente de un gobierno provisional. Pero cuando, un año después, Iturbide se coronó emperador de México, Guerrero tomó las armas para apoyar la sublevación republicana del general Antonio López de Santa Anna. Iturbide cayó en 1823, y, tras un periodo constituyente, el Congreso eligió como primer presidente de la República de México a Guadalupe Victoria (1824-1829), quien incluyó en su primer gabinete a Vicente Guerrero como ministro de Guerra.