Sus actividades dentro de la población de Erongarícuaro fueron las del comercio, pues, además de la fabricación de jaranas, tenían una tienda de abarrotes, además de que poseían tierras que cultivaban. Sirvió a los insurgentes comunicándoles los movimientos de las tropas virreinales, por lo que se la encarceló y se la multó en varias ocasiones. Como no podía pagar la última fuerte multa, fue condenada a ser fusilada. Servía de corazón a los guerrilleros insurgentes; con actividad les proporcionaba noticias oportunas, víveres, recursos, y les enviaba además comunicaciones de los jefes superiores, con quienes sostenía continuada correspondencia. Un día fue sorprendido por don Pedro Celestino Negrete el correo de la Martínez, que era portador de cartas dirigidas al guerrillero Tomás Pacheco. Luisa Martínez huyó; pero fue perseguida, hecha prisionera y encapillada. Para recobrar la libertad, tuvo que pagar dos mil pesos y prometer no volver a comunicarse con los patriotas.
Mas no escarmentó en lo sucesivo. Tres veces más se la persiguió, se la encarceló y se la multó hasta que al fin no pudo satisfacer la cantidad de cuatro mil pesos que le exigía don Pedro Celestino Negrete, y fue fusilada por orden de este en uno de los ángulos del cementerio de la parroquia de Erongarícuaro, en el año de 1817.
Respuesta:
hola Yo No Se
Explicación:
18627mskskskskkdkfkfkdkfkkdkdkskakkqkwkekdkskqkkwkekskqkwkkskaka
Respuesta:
Sus actividades dentro de la población de Erongarícuaro fueron las del comercio, pues, además de la fabricación de jaranas, tenían una tienda de abarrotes, además de que poseían tierras que cultivaban. Sirvió a los insurgentes comunicándoles los movimientos de las tropas virreinales, por lo que se la encarceló y se la multó en varias ocasiones. Como no podía pagar la última fuerte multa, fue condenada a ser fusilada. Servía de corazón a los guerrilleros insurgentes; con actividad les proporcionaba noticias oportunas, víveres, recursos, y les enviaba además comunicaciones de los jefes superiores, con quienes sostenía continuada correspondencia. Un día fue sorprendido por don Pedro Celestino Negrete el correo de la Martínez, que era portador de cartas dirigidas al guerrillero Tomás Pacheco. Luisa Martínez huyó; pero fue perseguida, hecha prisionera y encapillada. Para recobrar la libertad, tuvo que pagar dos mil pesos y prometer no volver a comunicarse con los patriotas.
Mas no escarmentó en lo sucesivo. Tres veces más se la persiguió, se la encarceló y se la multó hasta que al fin no pudo satisfacer la cantidad de cuatro mil pesos que le exigía don Pedro Celestino Negrete, y fue fusilada por orden de este en uno de los ángulos del cementerio de la parroquia de Erongarícuaro, en el año de 1817.
Explicación: