En 1931 ingresó en la asociación Abstraction-Creation, y el mismo año creó una obra a la que Marcel Duchamp bautizó como móvil. Precisamente son los móviles las creaciones que elevaron a Calder a las más altas cimas de la escultura moderna. Con ellos se propuso crear obras abstractas dotadas de movimiento, que reflejaran, gracias a su dinamismo, los efectos cambiantes de la luz.
Realizó móviles de muy distintos tamaños, algunos gigantescos, en los que se sirvió de piezas coloreadas de latón de formas abstractas, unidas por alambres o por cuerdas; suspendidos por lo general del techo, a consecuencia de su poco peso eran fácilmente movidos por el aire.
En 1931 ingresó en la asociación Abstraction-Creation, y el mismo año creó una obra a la que Marcel Duchamp bautizó como móvil. Precisamente son los móviles las creaciones que elevaron a Calder a las más altas cimas de la escultura moderna. Con ellos se propuso crear obras abstractas dotadas de movimiento, que reflejaran, gracias a su dinamismo, los efectos cambiantes de la luz.
Realizó móviles de muy distintos tamaños, algunos gigantescos, en los que se sirvió de piezas coloreadas de latón de formas abstractas, unidas por alambres o por cuerdas; suspendidos por lo general del techo, a consecuencia de su poco peso eran fácilmente movidos por el aire.