naturaleza: mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces engloban este heterogéneo grupo que tienen en común la posesión de vértebras. Por ello, si una de cada cinco especies de estos seres vivos está amenazada, se puede afirmar que la biodiversidad del planeta corre un grave peligro.
El dato es real y no lo dice cualquiera: un artículo publicado en 'Science', una de las revistas científicas de referencia que todos deberíamos leer, no solo adultos, sino niños y profesores de forma individual e incluso en Primaria. El trabajo muestra por primera vez una visión global de este amplio conjunto de animales, gracias a 174 investigadores de 115 instituciones científicas de todo el mundo y la ayuda de más de 3.000 colaboradores. Como base de información, sus autores han utilizado los datos de 25.000 especies catalogadas en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El estudio asegura que, de media, 52 especies de mamíferos, aves y anfibios están cada vez más cerca de la extinción cada año. Ahora bien, el grado de amenaza no es el mismo para todos los grupos. Los anfibios son los más perjudicados: un 41% de las especies de la lista está en peligro. A continuación, figuran los mamíferos, con un 25%, los reptiles (22%) y las aves (13%). En cuanto a los peces, el trabajo distingue entre los cartilaginosos, amenazados en un 33%, y los óseos, en un 15%. Según los investigadores, la mayoría de los descensos son reversibles, pero en un 16% de los casos se han registrado extinciones.
La expansión de la agricultura, la tala de árboles, la sobreexplotación de los recursos naturales y las especies invasoras son las principales responsables de este deterioro, según el estudio.
Img ballena001
Imagen: Chris
Los trópicos, en especial el sureste asiático, son las zonas que concentran un número más elevado de animales amenazados. En este caso, la siembra de cultivos para su exportación, como la palma aceitera, las operaciones comerciales madereras, la sustitución agrícola por arrozales y la caza insostenible son los impactos más graves.
Diversas partes de Centroamérica, los Andes tropicales de América del Sur e, incluso, Australia también han sufrido importantes pérdidas, en particular debido al impacto del hongo chytrid, mortal en los anfibios.
Los trabajos de conservación son efectivos
Los datos son malos, pero podrían ser mucho peores, ya que también es el primer estudio que demuestra claras evidencias de que los diversos trabajos globales de conservación llevados a cabo en los últimos años han tenido efectos muy positivos. La biodiversidad se habría reducido al menos en un 16% si no se llegan a poner en marcha estas iniciativas medioambientales, indican sus autores.
La biodiversidad se habría reducido al menos en un 16% si no se llegan a poner en marcha labores de conservaciónEl trabajo destaca 64 mamíferos, aves y anfibios que han mejorado su estatus gracias a estas acciones. Tres de ellos son especies declaradas extinguidas en estado salvaje y que pudieron introducirse de nuevo en la naturaleza: el cóndor de California y el hurón de pies negros, en EE.UU., y el caballo de Przewalski, en Mongolia.
Los trabajos de conservación han sido eficaces en particular para combatir a las especies invasoras en islas. La población mundial de las urracas de las Seychelles aumentó de menos de 15 aves en 1965 a 180 en 2006 a través del control de depredadores llegados de fuera, como la rata marrón, y de la cría en cautividad y los programas de reintroducción.
En América del Sur, por ejemplo, la combinación de áreas protegidas y la ejecución de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) ha contribuido a la recuperación de la vicuña. De manera similar, la prohibición legal de la caza comercial de ballenas ha supuesto una mejora de especies como la ballena jorobada.
En cualquier caso, los responsables del informe recuerdan que representa sólo una estimación mínima del impacto real de la conservación y que un 9% de las especies amenazadas han incrementado sus poblaciones. Por ello, reclaman mayores esfuerzos para hacer frente a las cada vez mayores amenazas a la biodiversidad. La responsabilidad es parte de todos: instituciones, empresas y consumidores.
Vertebrados en España, también amenazados
En España, país con mayor biodiversidad de Europa, la situación de los vertebrados tampoco es buena. Más de una de cada tres especies de animales vertebrados están en peligro de extinción, según datos de la Fundación Biodiversidad. El 37% de estas especies está en peligro y el 7% al borde de la desaparición.
La lista es larga; la construcción de urbanizaciones, obras públicas en zonas sensibles y sin una adecuada planificación, la tala de bosques maduros, la extensión de monocultivos, el abandono de los usos agrarios y ganaderos, el comercio ilegal de especies silvestres, la introducción de especies exóticas,
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naturaleza: mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces engloban este heterogéneo grupo que tienen en común la posesión de vértebras. Por ello, si una de cada cinco especies de estos seres vivos está amenazada, se puede afirmar que la biodiversidad del planeta corre un grave peligro.
El dato es real y no lo dice cualquiera: un artículo publicado en 'Science', una de las revistas científicas de referencia que todos deberíamos leer, no solo adultos, sino niños y profesores de forma individual e incluso en Primaria. El trabajo muestra por primera vez una visión global de este amplio conjunto de animales, gracias a 174 investigadores de 115 instituciones científicas de todo el mundo y la ayuda de más de 3.000 colaboradores. Como base de información, sus autores han utilizado los datos de 25.000 especies catalogadas en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El estudio asegura que, de media, 52 especies de mamíferos, aves y anfibios están cada vez más cerca de la extinción cada año. Ahora bien, el grado de amenaza no es el mismo para todos los grupos. Los anfibios son los más perjudicados: un 41% de las especies de la lista está en peligro. A continuación, figuran los mamíferos, con un 25%, los reptiles (22%) y las aves (13%). En cuanto a los peces, el trabajo distingue entre los cartilaginosos, amenazados en un 33%, y los óseos, en un 15%. Según los investigadores, la mayoría de los descensos son reversibles, pero en un 16% de los casos se han registrado extinciones.
La expansión de la agricultura, la tala de árboles, la sobreexplotación de los recursos naturales y las especies invasoras son las principales responsables de este deterioro, según el estudio.
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Imagen: Chris
Los trópicos, en especial el sureste asiático, son las zonas que concentran un número más elevado de animales amenazados. En este caso, la siembra de cultivos para su exportación, como la palma aceitera, las operaciones comerciales madereras, la sustitución agrícola por arrozales y la caza insostenible son los impactos más graves.
Diversas partes de Centroamérica, los Andes tropicales de América del Sur e, incluso, Australia también han sufrido importantes pérdidas, en particular debido al impacto del hongo chytrid, mortal en los anfibios.
Los trabajos de conservación son efectivos
Los datos son malos, pero podrían ser mucho peores, ya que también es el primer estudio que demuestra claras evidencias de que los diversos trabajos globales de conservación llevados a cabo en los últimos años han tenido efectos muy positivos. La biodiversidad se habría reducido al menos en un 16% si no se llegan a poner en marcha estas iniciativas medioambientales, indican sus autores.
La biodiversidad se habría reducido al menos en un 16% si no se llegan a poner en marcha labores de conservaciónEl trabajo destaca 64 mamíferos, aves y anfibios que han mejorado su estatus gracias a estas acciones. Tres de ellos son especies declaradas extinguidas en estado salvaje y que pudieron introducirse de nuevo en la naturaleza: el cóndor de California y el hurón de pies negros, en EE.UU., y el caballo de Przewalski, en Mongolia.
Los trabajos de conservación han sido eficaces en particular para combatir a las especies invasoras en islas. La población mundial de las urracas de las Seychelles aumentó de menos de 15 aves en 1965 a 180 en 2006 a través del control de depredadores llegados de fuera, como la rata marrón, y de la cría en cautividad y los programas de reintroducción.
En América del Sur, por ejemplo, la combinación de áreas protegidas y la ejecución de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) ha contribuido a la recuperación de la vicuña. De manera similar, la prohibición legal de la caza comercial de ballenas ha supuesto una mejora de especies como la ballena jorobada.
En cualquier caso, los responsables del informe recuerdan que representa sólo una estimación mínima del impacto real de la conservación y que un 9% de las especies amenazadas han incrementado sus poblaciones. Por ello, reclaman mayores esfuerzos para hacer frente a las cada vez mayores amenazas a la biodiversidad. La responsabilidad es parte de todos: instituciones, empresas y consumidores.
Vertebrados en España, también amenazados
En España, país con mayor biodiversidad de Europa, la situación de los vertebrados tampoco es buena. Más de una de cada tres especies de animales vertebrados están en peligro de extinción, según datos de la Fundación Biodiversidad. El 37% de estas especies está en peligro y el 7% al borde de la desaparición.
La lista es larga; la construcción de urbanizaciones, obras públicas en zonas sensibles y sin una adecuada planificación, la tala de bosques maduros, la extensión de monocultivos, el abandono de los usos agrarios y ganaderos, el comercio ilegal de especies silvestres, la introducción de especies exóticas,
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