La marcha fue iniciada por A. Philip Randolph (presidente internacional Hermandad de los Conserjes de Coches Cama, presidente del Negro American Labor Council y vicepresidente del AFL-CIO),2 quien planeó una marcha similar en 1941. La amenaza de la marcha anterior había convencido al Presidente Franklin D. Roosevelt para establecer el Committee on Fair Employment Practice, ley federal que prohibía el racismo en el complejo industrial-militar nacional.
La marcha de 1963 fue organizada por A. Philip Randolph, James Farmer (presidente del Congreso de Igualdad Racial), John Lewis (presidente del Comité Coordinador Estudiantil No Violento), Martin Luther King (presidente de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano),2 Roy Wilkins (presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color)2 y Whitney Young (presidente de la National Urban League). Bayard Rustin, un veterano de los derechos civiles y organizador de la Jornada de la Reconciliación de 1947, administró los detalles de la marcha.
La marcha no fue universalmente apoyada entre los afroamericanos. Algunos activistas de los derechos civiles estaban preocupados de que la marcha se pudiera volver violenta, lo que podría minar la legislación pendiente y dañar la imagen internacional del movimiento. La marcha fue condenada por Malcolm X, portavoz de la Nación del Islam, que la calificó como la "farsa de Washington".
Los propios organizadores de la marcha discreparon sobre los propósitos de la misma. La NAACP y la Urban League lo vieron como un gesto de apoyo a un proyecto de derechos civiles que había sido introducido por la Administración Kennedy. Randolph, King y la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano lo vieron como una manera de alzar los temas económicos y de derechos civiles a la atención nacional más allá del proyecto de los Kennedy. El Comité Coordinador Estudiantil No Violento y el Congreso de Igualdad Racial lo consideraron como una forma de desafiar y condenar la pasividad y la falta de apoyo de la Administración Kennedy hacia los derechos civiles de los afroamericanos.
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anyelina
le dijo poque lloras y ella dijo tu mujer dijo que era una molestia y que me hiba hacer desaparecer
anyelina
final.... porque le dices esas cosas a mi hija?
– Por que es la verdad – respondió la condesa con ironía – No me casé contigo por amor, Ambiciono el poder, supe que estabas enfermo hace algunos años y tomé las medidas necesarias para lograr mi objetivo… Yo asesine a tu esposa.
– Tú… ¿Tú provocaste… el accidente?- Dijo el rey con dificultad, ya que en ese momento sintió un dolor punzante en el pecho, un dolor que solo tardo unos segundos,
anyelina
La noticia se expandió rápido, el rey había muerto. Cuando Blancanieves pudo reunir el valor suficiente para salir de su habitación, se encontró con la condesa que con una mirada de suficiencia le dijo:
-Bueno, lo primero ya está hecho…Te recomiendo desaparecer del reino.
Los ojos de Blancanieves se llenaron de lagrimas y salió del castillo corriendo lo más rápido que pudo.
La marcha fue iniciada por A. Philip Randolph (presidente internacional Hermandad de los Conserjes de Coches Cama, presidente del Negro American Labor Council y vicepresidente del AFL-CIO),2 quien planeó una marcha similar en 1941. La amenaza de la marcha anterior había convencido al Presidente Franklin D. Roosevelt para establecer el Committee on Fair Employment Practice, ley federal que prohibía el racismo en el complejo industrial-militar nacional.
La marcha de 1963 fue organizada por A. Philip Randolph, James Farmer (presidente del Congreso de Igualdad Racial), John Lewis (presidente del Comité Coordinador Estudiantil No Violento), Martin Luther King (presidente de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano),2 Roy Wilkins (presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color)2 y Whitney Young (presidente de la National Urban League). Bayard Rustin, un veterano de los derechos civiles y organizador de la Jornada de la Reconciliación de 1947, administró los detalles de la marcha.
La marcha no fue universalmente apoyada entre los afroamericanos. Algunos activistas de los derechos civiles estaban preocupados de que la marcha se pudiera volver violenta, lo que podría minar la legislación pendiente y dañar la imagen internacional del movimiento. La marcha fue condenada por Malcolm X, portavoz de la Nación del Islam, que la calificó como la "farsa de Washington".
Los propios organizadores de la marcha discreparon sobre los propósitos de la misma. La NAACP y la Urban League lo vieron como un gesto de apoyo a un proyecto de derechos civiles que había sido introducido por la Administración Kennedy. Randolph, King y la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano lo vieron como una manera de alzar los temas económicos y de derechos civiles a la atención nacional más allá del proyecto de los Kennedy. El Comité Coordinador Estudiantil No Violento y el Congreso de Igualdad Racial lo consideraron como una forma de desafiar y condenar la pasividad y la falta de apoyo de la Administración Kennedy hacia los derechos civiles de los afroamericanos.