La enfermedad. Cristo curó a personas que sufrían “toda suerte de dolencia y toda suerte de mal” (Mateo 4:23). Sanó a ciegos, sordos, lisiados, leprosos y epilépticos. En realidad, su poder curativo no tenía límites.
El hambre. El primer milagro de Jesús —convertir agua en vino— demostró su capacidad para proporcionar comida y bebida en abundancia. En otras dos ocasiones multiplicó unos pocos panes y pescados para alimentar a miles de personas. En ambos casos hubo comida de sobra.
Los desastres naturales. Cierta noche, mientras Jesús y sus discípulos navegaban por el mar de Galilea, se desató una terrible tormenta. Los discípulos se asustaron mucho, pero Jesús sencillamente alzó la vista al cielo y exclamó: “¡Silencio! ¡Calla!”. De inmediato, se calmó el temporal (Marcos 4:37-39). En otra ocasión caminó sobre las aguas durante una tempestad (Mateo 14:24-33).
Respuesta:
La enfermedad. Cristo curó a personas que sufrían “toda suerte de dolencia y toda suerte de mal” (Mateo 4:23). Sanó a ciegos, sordos, lisiados, leprosos y epilépticos. En realidad, su poder curativo no tenía límites.
El hambre. El primer milagro de Jesús —convertir agua en vino— demostró su capacidad para proporcionar comida y bebida en abundancia. En otras dos ocasiones multiplicó unos pocos panes y pescados para alimentar a miles de personas. En ambos casos hubo comida de sobra.
Los desastres naturales. Cierta noche, mientras Jesús y sus discípulos navegaban por el mar de Galilea, se desató una terrible tormenta. Los discípulos se asustaron mucho, pero Jesús sencillamente alzó la vista al cielo y exclamó: “¡Silencio! ¡Calla!”. De inmediato, se calmó el temporal (Marcos 4:37-39). En otra ocasión caminó sobre las aguas durante una tempestad (Mateo 14:24-33).
Explicación: espero te ayude mi amigo, AMEN