Denominamos sinalefa a la agrupación en una sílaba métrica de dos o más vocales pertenecientes a palabras distintas. Cuando una palabra termina en vocal y la palabra siguiente comienza con vocal, generalmente, las vocales se unen por razones fónico-rítmicas en una sílaba métrica. Puede haber sinalefa incluso cuando las palabras están separadas por un signo de puntuación. En el siguiente verso octosílabo de Espronceda hay dos casos de sinalefa:
Vien-to en po-pa, a to-da ve-la
El siguiente cuarteto de Vicente Gaos ejemplifica bien el uso de la sinalefa, con un acumulo, poco frecuente, de cuatro sinalefas en el último verso:
¿Qué fue de tan-to a-mor por tan-ta da-ma?
só-lo ce-ni-zas de la in-men-sa pi-ra
se nu-bla la mi-ra-da, el cuer-po ex-pi-ra,
y el al-ma quie-re a-sir-se a la al-ta ra-ma.
El hiato
El idioma español favorece la sinalefa como un proceso natural. En ocasiones, sin embargo, los poetas hacen uso del hiato para impedir la sinalefa y marcar un ritmo o para mantenerlo. El hiato consiste, pues, en la pronunciación en dos sílabas diferentes la vocal final de una palabra y la vocal inicial de la palabra siguiente. El hiato es frecuente cuando la vocal inicial de palabra lleva acento de intensidad rítmico, especialmente en el caso de la penúltima sílaba del verso. Así en los siguientes versos endecasílabos de Vicente Gaos, el primero, y de Fray Luis de León, el segundo:
No sa-be que es a-mor quien no te a-ma
A-llí te lo-gra-rás, y a ca-da u-no
También las conjunciones, sobre todo la conjunción “y”, requieren del hiato cuando se unen como semiconsonante a la vocal siguiente. Así lo usa Góngora y Sor Juana Inés de la Cruz en los siguientes versos endecasílabos:
Por-que, en-tre un la-bio y o-tro co-lo-ra-do
Y lue-go des-ma-ya-da y en-co-gi-da
En estos dos ejemplos, la letra “y” adquiere el valor de una semiconsonante y se une sólo a la vocal siguiente.
La diéresis
Cuando la separación de vocales que normalmente formarían una sola sílaba sucede dentro de una palabra, lo denominamos diéresis. Diéresis es, pues, la separación de las dos letras de un diptongo en dos sílabas para los efectos de la medida de los versos. La diéresis implica una ruptura en la pronunciación normal de una palabra, por lo que coloca especial énfasis en dicha palabra. Su uso no es frecuente en poesía. Se señala colocando una diéresis, dos puntos (ï-ü), sobre la vocal afectada. Los siguientes tres ejemplos son versos endecasílabos, los dos primeros de Góngora y el último de Fray Luis de León:
No só-lo_en pla-ta_o vï-o-la tron-ca-da
Cuan-to más dí-a de jü-i-cio se_ha-lle
La del que hu-ye_el mun-da-nal rü-i-do
La sinéresis
La sinéresis es una licencia poética opuesta a la diéresis; es decir, sinéresis es la unión en una sílaba de dos vocales fuertes que gramaticalmente pertenecen a sílabas diferentes. Mientras la diéresis es un recurso culto que produce una pronunciación anómala, la sinéresis se aproxima más al leguaje popular relajado. Su uso es infrecuente. De los dos ejemplos que anotamos, el primero es un verso de 12 sílabas de Getrudes Gómez de Avellaneda, el segundo un verso alejandrino (verso de 14 sílabas métricas), de José Asunción Silva:
Del ge-nio la_au-reo-la ra-dian-te su-bli-me
Con mo-vi-mien-to rít-mi-co se ba-lan-cea_el ni-ño
Respuesta:
La sinalefa
Denominamos sinalefa a la agrupación en una sílaba métrica de dos o más vocales pertenecientes a palabras distintas. Cuando una palabra termina en vocal y la palabra siguiente comienza con vocal, generalmente, las vocales se unen por razones fónico-rítmicas en una sílaba métrica. Puede haber sinalefa incluso cuando las palabras están separadas por un signo de puntuación. En el siguiente verso octosílabo de Espronceda hay dos casos de sinalefa:
Vien-to en po-pa, a to-da ve-la
El siguiente cuarteto de Vicente Gaos ejemplifica bien el uso de la sinalefa, con un acumulo, poco frecuente, de cuatro sinalefas en el último verso:
¿Qué fue de tan-to a-mor por tan-ta da-ma?
só-lo ce-ni-zas de la in-men-sa pi-ra
se nu-bla la mi-ra-da, el cuer-po ex-pi-ra,
y el al-ma quie-re a-sir-se a la al-ta ra-ma.
El hiato
El idioma español favorece la sinalefa como un proceso natural. En ocasiones, sin embargo, los poetas hacen uso del hiato para impedir la sinalefa y marcar un ritmo o para mantenerlo. El hiato consiste, pues, en la pronunciación en dos sílabas diferentes la vocal final de una palabra y la vocal inicial de la palabra siguiente. El hiato es frecuente cuando la vocal inicial de palabra lleva acento de intensidad rítmico, especialmente en el caso de la penúltima sílaba del verso. Así en los siguientes versos endecasílabos de Vicente Gaos, el primero, y de Fray Luis de León, el segundo:
No sa-be que es a-mor quien no te a-ma
A-llí te lo-gra-rás, y a ca-da u-no
También las conjunciones, sobre todo la conjunción “y”, requieren del hiato cuando se unen como semiconsonante a la vocal siguiente. Así lo usa Góngora y Sor Juana Inés de la Cruz en los siguientes versos endecasílabos:
Por-que, en-tre un la-bio y o-tro co-lo-ra-do
Y lue-go des-ma-ya-da y en-co-gi-da
En estos dos ejemplos, la letra “y” adquiere el valor de una semiconsonante y se une sólo a la vocal siguiente.
La diéresis
Cuando la separación de vocales que normalmente formarían una sola sílaba sucede dentro de una palabra, lo denominamos diéresis. Diéresis es, pues, la separación de las dos letras de un diptongo en dos sílabas para los efectos de la medida de los versos. La diéresis implica una ruptura en la pronunciación normal de una palabra, por lo que coloca especial énfasis en dicha palabra. Su uso no es frecuente en poesía. Se señala colocando una diéresis, dos puntos (ï-ü), sobre la vocal afectada. Los siguientes tres ejemplos son versos endecasílabos, los dos primeros de Góngora y el último de Fray Luis de León:
No só-lo_en pla-ta_o vï-o-la tron-ca-da
Cuan-to más dí-a de jü-i-cio se_ha-lle
La del que hu-ye_el mun-da-nal rü-i-do
La sinéresis
La sinéresis es una licencia poética opuesta a la diéresis; es decir, sinéresis es la unión en una sílaba de dos vocales fuertes que gramaticalmente pertenecen a sílabas diferentes. Mientras la diéresis es un recurso culto que produce una pronunciación anómala, la sinéresis se aproxima más al leguaje popular relajado. Su uso es infrecuente. De los dos ejemplos que anotamos, el primero es un verso de 12 sílabas de Getrudes Gómez de Avellaneda, el segundo un verso alejandrino (verso de 14 sílabas métricas), de José Asunción Silva:
Del ge-nio la_au-reo-la ra-dian-te su-bli-me
Con mo-vi-mien-to rít-mi-co se ba-lan-cea_el ni-ño