Era un día nublado. Hacia fresco y los árboles comenzaban a adquirir un fuerte y radiante color verde. Todo se observaba limpio y refrescante. Las lluvias de tardes pasadas dejaban a su paso ese olor tan peculiar que solo ellas traen consigo.
Las nubes se asentaron sobre el cielo azul. Lo grandes árboles, fuertes y verdes se asomaban por doquier. Las lluvias ya habían hecho de las suyas. El ambiente tenía un olor a tierra mojada.
La cocina estaba vacía. Semanas atrás dejamos la casa de nuestros sueños. Todo lo que en ella albergaba vino con nosotros a nuestra nueva y humilde morada. Las largas tertulias sobre la mesa de aquella cocina quedaron atrás. Hoy solo nos quedan los recuerdos de nuestra estancia en aquella grande y luminosa casa.
Hemos dejado nuestra casa. Todas las habitaciones ahora están vacías.
Era un día nublado. Hacia fresco y los árboles comenzaban a adquirir un fuerte y radiante color verde. Todo se observaba limpio y refrescante. Las lluvias de tardes pasadas dejaban a su paso ese olor tan peculiar que solo ellas traen consigo.
Las nubes se asentaron sobre el cielo azul. Lo grandes árboles, fuertes y verdes se asomaban por doquier. Las lluvias ya habían hecho de las suyas. El ambiente tenía un olor a tierra mojada.
La cocina estaba vacía. Semanas atrás dejamos la casa de nuestros sueños. Todo lo que en ella albergaba vino con nosotros a nuestra nueva y humilde morada. Las largas tertulias sobre la mesa de aquella cocina quedaron atrás. Hoy solo nos quedan los recuerdos de nuestra estancia en aquella grande y luminosa casa.
Hemos dejado nuestra casa. Todas las habitaciones ahora están vacías.