Un ejercicio de imaginación basta: el 12 de octubre de 1492, Colón no llegó a América y la historia fue otra: Europa no logró la riqueza, el placer y florecimiento de su cultura y su fe tras la Conquista; y el mundo mesoamericano se impuso en un continente que no llegó a ver su población brutalmente diezmada.
"Y era nuestra herencia una red de agujeros", escribió en medio de la desesperanza el autor de un poema anónimo surgido entre "paredes salpicadas de sesos" y "rojas aguas" con sabor a salitre, tras la ocupación española a México, ocurrida en 1519.
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Un ejercicio de imaginación basta: el 12 de octubre de 1492, Colón no llegó a América y la historia fue otra: Europa no logró la riqueza, el placer y florecimiento de su cultura y su fe tras la Conquista; y el mundo mesoamericano se impuso en un continente que no llegó a ver su población brutalmente diezmada.
"Y era nuestra herencia una red de agujeros", escribió en medio de la desesperanza el autor de un poema anónimo surgido entre "paredes salpicadas de sesos" y "rojas aguas" con sabor a salitre, tras la ocupación española a México, ocurrida en 1519.