Esa noche, después de su caminata con Enfield, Utterson regresa a su casa y examina el testamento del doctor Jekyll, que, según recuerda, tenía extrañas estipulaciones sobre Mr. Hyde. El testamento establece que en el caso de la muerte o desaparición de Henry Jekyll, todas sus posesiones deben ser entregadas a Edward Hyde. Utterson se sintió incómodo cuando Jekyll solicitó esta estipulación originalmente, y está más molesto por ello después de enterarse del despreciable comportamiento de Mr. Hyde. Después de considerar las implicaciones del testamento y lo que ha escuchado sobre Edward Hyde, Utterson va a visitar al doctor Lanyon, otro querido amigo del doctor Jekyll. Cuando los hombres comienzan a hablar sobre Jekyll, Utterson descubre que Lanyon no ha hablado con él durante un largo período de tiempo, debido a un desacuerdo sobre "disparates (...) poco científicos". Utterson también se entera de que Lanyon nunca ha oído hablar de Hyde.
Tras irse de lo de Lanyon, el sueño de Utterson es atormentado por terroríficas pesadillas del malvado Hyde, que en sus sueños no tiene rostro, pisotea a una niña y luego se queda parado junto a la cama de Jekyll ordenándole que se levante. Al despertar, Utterson deduce que, si solo pudiera verle la cara a Hyde, podría entender la relación de su amigo con aquel hombre. A partir de ese momento, Utterson comienza a dar vueltas por las calles alrededor de la puerta misteriosa, buscando a Mr. Hyde entrando o saliendo del portal. Una noche, finalmente se encuentra con Mr. Hyde y lo enfrenta cuando está por ingresar al edificio. Utterson se presenta como un viejo amigo del doctor Jekyll. Hyde le pide su dirección y, en respuesta, Utterson le da una tarjeta personal. También le pide a Hyde un favor: verle la cara. Tras cumplir su deseo, Hyde le pregunta cómo lo conocía, y Utterson responde que lo reconoció por una descripción, afirmando que tienen amigos en común, como el doctor Jekyll. Mr. Hyde responde enojado que sabe a ciencia cierta que Jekyll nunca le haya contado nada a Utterson sobre él y desaparece rápidamente en el edificio.
Tras abandonar esta escena, Utterson va a ver al doctor Jekyll, pero Poole, su mayordomo, le informa que el médico no está en casa. De esta conversación, Utterson deduce que la casa de Jekyll, a la vuelta de la esquina de la puerta misteriosa, tiene forma de L, y que la puerta misteriosa de Hyde es en realidad una entrada a la antigua sala de disección de Jekyll. Utterson también se da cuenta de que Hyde nunca come en la casa, pero la visita a menudo. Después de irse de lo de Jekyll, Utterson camina a su casa y decide que Hyde debe estar chantajeando a Jekyll, quizás por algún acto terrible que cometió anteriormente en su vida.
Verified answer
Resumen:
Esa noche, después de su caminata con Enfield, Utterson regresa a su casa y examina el testamento del doctor Jekyll, que, según recuerda, tenía extrañas estipulaciones sobre Mr. Hyde. El testamento establece que en el caso de la muerte o desaparición de Henry Jekyll, todas sus posesiones deben ser entregadas a Edward Hyde. Utterson se sintió incómodo cuando Jekyll solicitó esta estipulación originalmente, y está más molesto por ello después de enterarse del despreciable comportamiento de Mr. Hyde. Después de considerar las implicaciones del testamento y lo que ha escuchado sobre Edward Hyde, Utterson va a visitar al doctor Lanyon, otro querido amigo del doctor Jekyll. Cuando los hombres comienzan a hablar sobre Jekyll, Utterson descubre que Lanyon no ha hablado con él durante un largo período de tiempo, debido a un desacuerdo sobre "disparates (...) poco científicos". Utterson también se entera de que Lanyon nunca ha oído hablar de Hyde.
Tras irse de lo de Lanyon, el sueño de Utterson es atormentado por terroríficas pesadillas del malvado Hyde, que en sus sueños no tiene rostro, pisotea a una niña y luego se queda parado junto a la cama de Jekyll ordenándole que se levante. Al despertar, Utterson deduce que, si solo pudiera verle la cara a Hyde, podría entender la relación de su amigo con aquel hombre. A partir de ese momento, Utterson comienza a dar vueltas por las calles alrededor de la puerta misteriosa, buscando a Mr. Hyde entrando o saliendo del portal. Una noche, finalmente se encuentra con Mr. Hyde y lo enfrenta cuando está por ingresar al edificio. Utterson se presenta como un viejo amigo del doctor Jekyll. Hyde le pide su dirección y, en respuesta, Utterson le da una tarjeta personal. También le pide a Hyde un favor: verle la cara. Tras cumplir su deseo, Hyde le pregunta cómo lo conocía, y Utterson responde que lo reconoció por una descripción, afirmando que tienen amigos en común, como el doctor Jekyll. Mr. Hyde responde enojado que sabe a ciencia cierta que Jekyll nunca le haya contado nada a Utterson sobre él y desaparece rápidamente en el edificio.
Tras abandonar esta escena, Utterson va a ver al doctor Jekyll, pero Poole, su mayordomo, le informa que el médico no está en casa. De esta conversación, Utterson deduce que la casa de Jekyll, a la vuelta de la esquina de la puerta misteriosa, tiene forma de L, y que la puerta misteriosa de Hyde es en realidad una entrada a la antigua sala de disección de Jekyll. Utterson también se da cuenta de que Hyde nunca come en la casa, pero la visita a menudo. Después de irse de lo de Jekyll, Utterson camina a su casa y decide que Hyde debe estar chantajeando a Jekyll, quizás por algún acto terrible que cometió anteriormente en su vida.