El Viernes Santo es un día de duelo y recogimiento para los fieles cristianos. Durante este día Jesucristo sufrió su calvario en la cruz por la redención humana. El Viernes Santo significa el recuerdo de la crucifixión de Jesucristo, quien murió en la cruz para la salvación de la humanidad
- "Y al tercer día resucitó". Este conocido versículo del Nuevo Testamento relativo a la resurrección de Jesús de Nazaret perderá su sentido si el tiempo confirma la hipótesis que mantiene el forense Miguel Lorente en su último libro.
Resurrección y vida de Jesús. El cristiano no afirma que “alguien” resucitó de entre los muertos, sino que esta persona concreta, Jesús de Nazaret, es el que Dios resucitó. 1 Kant se refiere a aquello que nos está permitido esperar cuando hemos cumplido con nuestro deber.
El Domingo de Resurrección, también llamado Domingo de Gloria, Domingo de Pascua, Pascua Florida o sencillamente Pascua, es la fiesta central del cristianismo, en la que se celebra la resurrección de Jesucristo al tercer día de haber sido crucificado
Feliciano
Según, Lucas 24:13-35, dos de los seguidores de Jesús iban a Emaús, un pueblo a once kilómetros de Jerusalén. Mientras conversaban, Jesús se les acerca y empieza a caminar con ellos. Empiezan a conversar, y ellos le comparten la tristeza que sentían de que hubiesen matado a Jesús, el profeta de Nazaret. Los caminantes también le expresan su desilusión, pues esperaban que Jesús fuese el libertador de Israel.
Cuántas veces nos hemos sentido cansados, derrotados y atribulados. Los caminantes se regresaban a su casa derrotados.¿Cómo nos sentimos hoy? A veces tenemos mucho interés de encontrarnos con Jesús. Hay momentos difíciles en los cuales no encontramos explicación al desánimo. Miramos al cielo buscando a Dios.
¿Cuál será nuestro interés hoy? ¿Estamos cansados del camino?¿Cuál es nuestra expectativa delante de Dios? Los caminantes interpelaron a Jesús porque, al parecer, no estaba enterado de lo que había pasado en Jerusalén en relación a la muerte de Jesús. Pero los discípulos estaban tan ensimismados con sus quebrantos y temores que no pudieron reconocer quién era el hombre que se les había unido en el camino.
¿Nos pasará a nosotros lo mismo? ¿Tenemos nuestros ojos cerrados o abiertos para reconocer a Jesús en el camino? Jesús se nos une en nuestro caminar, pero debemos reconocerlo.
En muchas ocasiones, nos hemos sentido despreciados por nuestra comunidad. Muchas personas se sienten que nadie las toma en cuenta. Hay personas que sienten el abandono que Jesús sintió en la cruz. Los caminantes se sentían abandonados. ¿Cuántas veces nos hemos sentido angustiados y cansados de hacer el bien y seguir a Jesús? ¿Cuántas veces nos hemos sentido cansados de esperar en Dios, desesperados porque no llega la respuesta que estamos esperando?
Pero Jesús se unió a los caminantes en el camino, para cambiar su realidad. Jesús transforma los acontecimientos. Cuando Jesús aparece en escena, todo cambia. ¡Aleluya! ¿Estamos listos para dejarle "aparecer" en escena hoy en nuestro teatro de la vida? Él nunca llega tarde, ni se va con prisa.
¿Para qué murió y resucitó Jesús? Para cambiarlo todo, para ti y para mí. Para todos los que creen, Cristo resucitó con un propósito divino: crear una comunidad de fe viva en mutualidad con el Señor y entre ellos mismos. Una comunidad que ofreciera un testimonio vivo de la paz. Una comunidad que se atreviera a cantar: ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Decirle al mundo que ¡Allí envía Jehová bendición y vida Eterna!
Cleofas y el otro discípulo recibieron a Jesús en su hogar casi sin saberlo. Ese ardor del corazón les decía que era Jesús, quién entró y cenó con ellos. Jesús también nos invita a cenar con él en nuestros corazones. ¡Que tremendo este Jesús, verdad! En el caso de los discípulos, Jesús hizo como que se iba, pero los discípulos le insistieron que se quedase con ellos, pues era de noche. Juntos compartieron el pan. Fue en ese momento que ocurrió algo especial: sus ojos fueron abiertos. ¿Tendremos algo que aprender de esto nosotros hoy? ¡Jesús, quédate un poquito más con nosotros! ¿Acaso no es esto lo que debemos decir?
El impacto de cenar con Jesús produce un cambio excepcional sobre nuestras vidas. Somos llamados a ser portavoces de la gracia de Dios. Cristo nos comisionó para que prediquemos el evangelio de arrepentimiento y perdón de pecados a todas las naciones. ¿Cómo hubiésemos podido predicar las Buenas Noticias de Salvación, si el autor de la vida, de la salvación y el perdón hubiese quedado muerto en la tumba fría? ¡Imposible!