Respuesta: Ser estudiante en la antigua ciudad de Quito, no solo se trataba de mantener buenas calificaciones, además debía ser respetuoso, buen cristiano, buen hijo y lucir una apariencia impecable. Según la leyenda quiteña, la capa del estudiante, era una característica que no podía faltar.
Los vecinos de Quito encontraban cierto deleite y hasta sentían la autoridad de juzgarlos. Los maestros de la época eran los que más exigían, este estilo casi perfecto de vida estudiantil.
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Respuesta: Ser estudiante en la antigua ciudad de Quito, no solo se trataba de mantener buenas calificaciones, además debía ser respetuoso, buen cristiano, buen hijo y lucir una apariencia impecable. Según la leyenda quiteña, la capa del estudiante, era una característica que no podía faltar.
Los vecinos de Quito encontraban cierto deleite y hasta sentían la autoridad de juzgarlos. Los maestros de la época eran los que más exigían, este estilo casi perfecto de vida estudiantil.