“¡Feliz día de la independencia 2017!”, dicen desde la semana pasada algunos taxistas al despedirse de sus pasajeros o los compradores de cierta edad en las bodegas del centro de Lima: la expresión recuerda el 28 de julio de 1821, cuando el general del Ejército argentino José de San Martín, como parte de su expedición libertadora, proclamó la independencia de Perú en la Plaza de Armas de Lima, terminando con casi tres siglos de virreinato, es decir, el fin de la colonia española.
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San Martín había declarado la independencia en Chile en 1818 y llegó al puerto de Pisco, en Perú, en septiembre de 1820, cuando el movimiento independentista se expresó primero en Huaura, donde el argentino declaró la independencia del Perú por primera vez en noviembre de ese año.
El libertador dialogó con el virrey español José de La Serna en junio de 1821 en la Hacienda Punchauca, a unos 30 kilómetros del centro de Lima, y según el libro ‘Historia de la República del Perú’ de Jorge Basadre, “insinuó la idea de la independencia del Perú a base de la reconciliación con los españoles, mediante una monarquía constitucional, con un príncipe de esa nacionalidad”, pero el virrey y sus generales rechazaron la propuesta. De la Serna abandonó Lima, la sede del virreinato, y sugirió el puerto del Callao como refugio para otros españoles.
Entonces, el militar argentino entró a Lima el 10 de julio, el 28 proclamó la independencia en la Plaza de Armas y estableció un Protectorado que debía sentar las bases del Estado peruano.
Las palabras de San Martín durante esa ceremonia suelen repetirse en las actuaciones escolares que escenifican la proclama de la independencia: "El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la independencia”, dijo el libertador nacido en Yapeyú, provincia de Corrientes, en 1778.
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“¡Feliz día de la independencia 2017!”, dicen desde la semana pasada algunos taxistas al despedirse de sus pasajeros o los compradores de cierta edad en las bodegas del centro de Lima: la expresión recuerda el 28 de julio de 1821, cuando el general del Ejército argentino José de San Martín, como parte de su expedición libertadora, proclamó la independencia de Perú en la Plaza de Armas de Lima, terminando con casi tres siglos de virreinato, es decir, el fin de la colonia española.
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Entonces, el militar argentino entró a Lima el 10 de julio, el 28 proclamó la independencia en la Plaza de Armas y estableció un Protectorado que debía sentar las bases del Estado peruano.
Las palabras de San Martín durante esa ceremonia suelen repetirse en las actuaciones escolares que escenifican la proclama de la independencia: "El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la independencia”, dijo el libertador nacido en Yapeyú, provincia de Corrientes, en 1778.
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