La reciente corriente ideológica del nuevo ateísmo ha presentado cinco razones para afirmar que la religión es mala para la humanidad: (a) es perjudicial para el pensamiento crítico, (b) es enemiga del arte, (c) destruye la libertad de las personas, (d) impide que las personas disfruten de la vida, y (e) es la causa de mucha violencia. La evidencia histórica muestra de manera inequívoca que estas presuposiciones son falsas. En concreto, la religión cristiana no ha impedido la producción científica y el pensamiento crítico, sino que los ha motivado. La religión ha inspirado a escritores, pintores, músicos, arquitectos y otros artistas. La religión, en especial el cristianismo, ha impulsado los derechos humanos, la libertad de conciencia y el respeto hacia las minorías. La religión aporta satisfacción, felicidad, longevidad y otros beneficios a las personas practicantes. La causa de la inmensa mayoría de guerras no ha sido la religión, sino motivaciones políticas, territoriales y económicas. A la vista de los datos históricos, la afirmación de los nuevos ateos de que la religión, en especial el cristianismo, es perjudicial para la humanidad, no se sostiene.
La reciente corriente ideológica del nuevo ateísmo ha presentado cinco razones para afirmar que la religión es mala para la humanidad: (a) es perjudicial para el pensamiento crítico, (b) es enemiga del arte, (c) destruye la libertad de las personas, (d) impide que las personas disfruten de la vida, y (e) es la causa de mucha violencia. La evidencia histórica muestra de manera inequívoca que estas presuposiciones son falsas. En concreto, la religión cristiana no ha impedido la producción científica y el pensamiento crítico, sino que los ha motivado. La religión ha inspirado a escritores, pintores, músicos, arquitectos y otros artistas. La religión, en especial el cristianismo, ha impulsado los derechos humanos, la libertad de conciencia y el respeto hacia las minorías. La religión aporta satisfacción, felicidad, longevidad y otros beneficios a las personas practicantes. La causa de la inmensa mayoría de guerras no ha sido la religión, sino motivaciones políticas, territoriales y económicas. A la vista de los datos históricos, la afirmación de los nuevos ateos de que la religión, en especial el cristianismo, es perjudicial para la humanidad, no se sostiene.
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