Las transformaciones progresivas que tienen lugar en el
ovario para producir un fruto maduro implican una interacción muy compleja de cambios bioquímicos, moleculares y estructurales coordinados temporal y espacialmente
por las fitohormonas y por el programa de desarrollo. Uno
de los productos de esta compleja «cascada» de procesos
es la semilla, quel constituye el órgano de dispersión y
perpetuación de las angiospermas y representa la culminación de la evolución reproductiva de las plantas. En
el el curso de la evolución, la semilla fue asociándose progresivamente a una serie de órganos florales para constituir finalmente una unidad de dispersión sumamente compleja que denominamos fruto. En términos evolutivos, el
fruto implica una coordinación íntima entre el desarrollo
de sus semillas y el ovario. La semilla se forma mediante
una embriogénesis cigótica que comprende los cambios
morfológicos, estructurales y de expresión génica que tienen lugar desde la formación del cigoto hasta el final del
desarrollo y maduración del embrión. Éste podrá germinar
cuando las condiciones endógenas y medioambientales
sean las apropiadas. De la embriogénesis dependerá el
éxito de la germinación y, por tanto, el desarrollo del
nuevo individuo. Además de ser el período en el que se
forma la semilla, la embriogénesis también constituye la
Respuesta:
La aparición de la semilla constituyó
un avance evolutivo trascendental
Las transformaciones progresivas que tienen lugar en el
ovario para producir un fruto maduro implican una interacción muy compleja de cambios bioquímicos, moleculares y estructurales coordinados temporal y espacialmente
por las fitohormonas y por el programa de desarrollo. Uno
de los productos de esta compleja «cascada» de procesos
es la semilla, quel constituye el órgano de dispersión y
perpetuación de las angiospermas y representa la culminación de la evolución reproductiva de las plantas. En
el el curso de la evolución, la semilla fue asociándose progresivamente a una serie de órganos florales para constituir finalmente una unidad de dispersión sumamente compleja que denominamos fruto. En términos evolutivos, el
fruto implica una coordinación íntima entre el desarrollo
de sus semillas y el ovario. La semilla se forma mediante
una embriogénesis cigótica que comprende los cambios
morfológicos, estructurales y de expresión génica que tienen lugar desde la formación del cigoto hasta el final del
desarrollo y maduración del embrión. Éste podrá germinar
cuando las condiciones endógenas y medioambientales
sean las apropiadas. De la embriogénesis dependerá el
éxito de la germinación y, por tanto, el desarrollo del
nuevo individuo. Además de ser el período en el que se
forma la semilla, la embriogénesis también constituye la
fase de preparación para la germinación.
Explicación: