“Un sistema educativo es de calidad cuando presta atención a los grupos marginados y vulnerables y procura desarrollar su potencial”, explica la Unesco refiriéndose a la educación inclusiva. De hecho, más adelante se detallan los focos de la agenda de educación al 2030, para lograr esta calidad, que pone especial foco en la eliminación de las disparidades de género y en el acceso igualitario a todos los niveles de enseñanza, tomando en cuenta a las personas en situación de discapacidad y las diferencias de género.
1. Incentiva el respeto por la diferencia: El respeto en las aulas se impulsa mediante las diferencias de cultura, lenguas, costumbres, género y discapacidades evitando así prejuicios y estereotipos.
2. Promover un ambiente saludable en el aula: Un contexto positivo puede tener un efecto favorable en los estudiantes, quienes se sentirán más motivados y con una mejor actitud hacia el aprendizaje. Es importante hacerlos sentir bienvenidos a clase sin importar la diversidad de personalidades, esto sin duda incrementará su sentido de pertenencia y, por consiguiente, el ambiente y la convivencia será más saludable entre profesores y alumnos.
3. Transmitir y fomentar la confianza en cada uno de los alumnos: Sin duda, cada individuo es diferente –ya sea en sus creencias, valores, cultura, preferencias, etc.– por ello, promover la confianza de los integrantes del grupo es vital, ya que potencializa las competencias de cada uno, fortalece su autoestima y permite mejores habilidades de expresión, mayor seguridad y confianza.
“Un sistema educativo es de calidad cuando presta atención a los grupos marginados y vulnerables y procura desarrollar su potencial”, explica la Unesco refiriéndose a la educación inclusiva. De hecho, más adelante se detallan los focos de la agenda de educación al 2030, para lograr esta calidad, que pone especial foco en la eliminación de las disparidades de género y en el acceso igualitario a todos los niveles de enseñanza, tomando en cuenta a las personas en situación de discapacidad y las diferencias de género.
1. Incentiva el respeto por la diferencia: El respeto en las aulas se impulsa mediante las diferencias de cultura, lenguas, costumbres, género y discapacidades evitando así prejuicios y estereotipos.
2. Promover un ambiente saludable en el aula: Un contexto positivo puede tener un efecto favorable en los estudiantes, quienes se sentirán más motivados y con una mejor actitud hacia el aprendizaje. Es importante hacerlos sentir bienvenidos a clase sin importar la diversidad de personalidades, esto sin duda incrementará su sentido de pertenencia y, por consiguiente, el ambiente y la convivencia será más saludable entre profesores y alumnos.
3. Transmitir y fomentar la confianza en cada uno de los alumnos: Sin duda, cada individuo es diferente –ya sea en sus creencias, valores, cultura, preferencias, etc.– por ello, promover la confianza de los integrantes del grupo es vital, ya que potencializa las competencias de cada uno, fortalece su autoestima y permite mejores habilidades de expresión, mayor seguridad y confianza.
Explicación:
espero te ayude :)bye coronita?no ok