Respuesta:Como lo muestra la celebración del centenario de la Primera Guerra Mundial, la guerra es un objeto de estudio que todavía plantea muchas preguntas dentro de la comunidad científica, y en particular entre los historiadores. A pesar de los miles de libros que se han escrito sobre el tema, este fenómeno sigue constituyendo un área importante de investigación para las ciencias sociales, y ello por una razón fundamental : los conflictos armados desintegran las sociedades, generan una quiebra del sentido de la historia, una ruptura semiótica en la evolución de las comunidades humanas, porque la guerra es una crisis de dimensiones extraordinarias que afecta a los individuos como sujetos sociales en su capacidad para dar sentido y significado a sus acciones1. Altera los hitos temporales y geográficos y sumerge a las comunidades humanas en una nueva realidad. Por su naturaleza, la guerra no puede dejar de suscitar múltiples preguntas y estimular el debate, sobre todo porque pone en juego una multitud de factores y variantes que hacen particularmente compleja la tarea del investigador.
2 Cf. Kalyvas, Stathis, « The Ontology of “Political Violence” : Action and Identity in Civil Wars », (...)
2Entre las modalidades del conflicto bélico se incluye la guerra civil, una categoría de enfrentamiento cuya definición se creía ya fijada, pero que se ha convertido desde la década de 1990 en un tema mucho más complejo, debido por un lado al significativo aumento de la investigación dedicada a la misma, y en segundo lugar por la renovación de las preguntas que van suministrando los diferentes estudios. Las investigaciones han puesto de relieve el hecho de que la guerra civil es, desde hace muchos siglos, una de las modalidades principales de confrontación bélica, ya que muchas de las contiendas llamadas convencionales son, al contrario de lo que se pensaba, enfrentamientos fratricidas. Por otra parte, algunos investigadores han mostrado que la guerra civil no puede ser reducida a una simple lucha ideológica. Innumerables conflictos locales o privados se insertan en ella, y transforman esta categoría de confrontación en « una agregación imperfecta y fluida de múltiples guerras civiles localizadas, pequeñas y diversas, más o menos superpuestas »2. Este tipo de conflagración está siendo sometido a un proceso de « normalización histórica » y de profundización teórica que se explica por la invalidación de los análisis en torno a los cuales se ha construido su representación tradicional. Es cierto que todavía se trata de comprender cuáles son las rupturas que dan lugar a este tipo de « rupturas », y cómo se forjan en un mismo territorio unas lógicas de confrontación que se caracterizan por una violencia simbólica y física de dimensiones paroxísticas. Pero también se está tratando de entender mejor, y evaluar la multiplicidad de factores que explican las guerras civiles, y sobre todo las relaciones que existen entre estos factores, relaciones que « no son causales sino de correlación e inferencia », en palabras que empleó Georges Duby cuando analizó el funcionamiento de una sociedad3. Las guerras civiles surgen de este modo como fenómenos de naturaleza altamente variable, pero también como elementos muy útiles para el estudio de las dinámicas que orientan las relaciones entre personas, grupos e instituciones, ya que, más que cualquier otro conflicto, las guerras civiles revelan los numerosos problemas estructurales y disfunciones que aquejan a una sociedad.
Respuesta:Como lo muestra la celebración del centenario de la Primera Guerra Mundial, la guerra es un objeto de estudio que todavía plantea muchas preguntas dentro de la comunidad científica, y en particular entre los historiadores. A pesar de los miles de libros que se han escrito sobre el tema, este fenómeno sigue constituyendo un área importante de investigación para las ciencias sociales, y ello por una razón fundamental : los conflictos armados desintegran las sociedades, generan una quiebra del sentido de la historia, una ruptura semiótica en la evolución de las comunidades humanas, porque la guerra es una crisis de dimensiones extraordinarias que afecta a los individuos como sujetos sociales en su capacidad para dar sentido y significado a sus acciones1. Altera los hitos temporales y geográficos y sumerge a las comunidades humanas en una nueva realidad. Por su naturaleza, la guerra no puede dejar de suscitar múltiples preguntas y estimular el debate, sobre todo porque pone en juego una multitud de factores y variantes que hacen particularmente compleja la tarea del investigador.
2 Cf. Kalyvas, Stathis, « The Ontology of “Political Violence” : Action and Identity in Civil Wars », (...)
3 Duby, Georges, L’histoire continue, París, Éditions Odile Jacob, 1991, p. 15.
2Entre las modalidades del conflicto bélico se incluye la guerra civil, una categoría de enfrentamiento cuya definición se creía ya fijada, pero que se ha convertido desde la década de 1990 en un tema mucho más complejo, debido por un lado al significativo aumento de la investigación dedicada a la misma, y en segundo lugar por la renovación de las preguntas que van suministrando los diferentes estudios. Las investigaciones han puesto de relieve el hecho de que la guerra civil es, desde hace muchos siglos, una de las modalidades principales de confrontación bélica, ya que muchas de las contiendas llamadas convencionales son, al contrario de lo que se pensaba, enfrentamientos fratricidas. Por otra parte, algunos investigadores han mostrado que la guerra civil no puede ser reducida a una simple lucha ideológica. Innumerables conflictos locales o privados se insertan en ella, y transforman esta categoría de confrontación en « una agregación imperfecta y fluida de múltiples guerras civiles localizadas, pequeñas y diversas, más o menos superpuestas »2. Este tipo de conflagración está siendo sometido a un proceso de « normalización histórica » y de profundización teórica que se explica por la invalidación de los análisis en torno a los cuales se ha construido su representación tradicional. Es cierto que todavía se trata de comprender cuáles son las rupturas que dan lugar a este tipo de « rupturas », y cómo se forjan en un mismo territorio unas lógicas de confrontación que se caracterizan por una violencia simbólica y física de dimensiones paroxísticas. Pero también se está tratando de entender mejor, y evaluar la multiplicidad de factores que explican las guerras civiles, y sobre todo las relaciones que existen entre estos factores, relaciones que « no son causales sino de correlación e inferencia », en palabras que empleó Georges Duby cuando analizó el funcionamiento de una sociedad3. Las guerras civiles surgen de este modo como fenómenos de naturaleza altamente variable, pero también como elementos muy útiles para el estudio de las dinámicas que orientan las relaciones entre personas, grupos e instituciones, ya que, más que cualquier otro conflicto, las guerras civiles revelan los numerosos problemas estructurales y disfunciones que aquejan a una sociedad.
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