LA ÉPICA EN ROMA Forman parte del género épico poemas narrativos extensos, que refieren acciones bélicas y hazañas notables realizadas por personajes heroicos, en los que también intervienen divinidades. Los términos griegos ἐπικός γ ἐποποία, de los que en última instancia derivan nuestras palabras «épico» y «epopeya», aluden al carácter oral de las composiciones más primitivas de este género, ya que èлоç en griego significa 'palabra'. Los poemas épicos de Homero, Iliada y Odisea fueron puestos por escrito en la Grecia del siglo VIII a.C.. pero dejaron establecidas las reglas del género para la posteridad. Tienen un fondo antiquísimo de tradiciones indoeuropeas y están en dependencia de la técnica de difusión oral, es decir de la recitación ante un auditorio. Cuando el género épico llegó a Roma (s. IIl a.C.), siendo Homero el modelo, el estilo grandilocuente y solemne de las obras se mantuvo, pero se produjo un cambio importante: la epopeya se convirtió en obra de autores individuales, que tienen una intención determinada previamente y manejan los recursos de un arte sometido ya a reglas fijas. Se pasó, pues, de una épica tradicional y oral, expresión de una colectividad, a una épica culta y escrita, obra de artistas con conciencia de autor. Un factor decisivo para que el género arraigara en Roma fue el deseo de los romanos de dar forma literaria al remoto pasado de su ciudad y a los recientes éxitos militares que la habían convertido en dominadora de pueblos. Primeros poetas épicos en lengua latina Livio Andronico (segunda mitad del siglo III a. C.) fue un griego hecho prisionero en la toma de Tarento. Su dueño, Marco Livio Salinátor, lo puso como preceptor de sus hijos, y más tarde lo liberó por sus méritos. Adaptó al latin la Odisea de Homero en el tosco verso saturnio (el verso latino anterior al uso del hexámetro griego). Su obra se convirtió en libro de texto escolar, usado todavía en época de Horacio. Sólo se conservan unos pocos fragmentos. Nevio (finales del siglo III a.C.) compuso en verso saturnio el Bellum Punicum, un poema épico inspirado en la primera Guerra Púnica, en la que él mismo luchó. En este poema, Nevio - recogió la leyenda fundacional de Roma y el tema de los amores de Eneas y Dido como causa del odio entre Roma y Cartago. Ennio (primera mitad del siglo II) no era un romano, sino un itálico originario de Calabria. Escribió una historia de Roma, Annales, en hexámetros, forma métrica griega de que introdujo en Roma junto con las leyes de este ritmo poético. Los Annales se convirtieron en la epopeya nacional de Roma hasta la Eneida de Virgilio. En Ennio la forma y el estilo son griegos, pero el espíritu es puramente romano. El hexámetro, verso épico El verso en el que fueron compuestas la Iliada y la Odisea, y el que quedó como consustancial del género épico, fue el hexámetro, pese a que las primeras obras en lengua latina fueron redactadas en el verso saturnio. La métrica griega y la latina se basan en un ritmo cuantitativo, dado que las palabras están compuestas en esas lenguas de sílabas de cantidad larga I breve. Los poetas ordenan las palabras en cada verso de modo que se adapten a determinados esquemas de alternancia de sílabas largas y breves. Uno de esos esquemas es el hexámetro. La forma básica del hexámetro (del griego è, 'seis', y uerpov, 'medida') es una serie de cinco dáctilos, o pies dactilicos, y un espondeo o roqueo. Un dáctilo es la combinación de una sílaba larga y dos breves, como en lumina.
Explicación:
LA ÉPICA EN ROMA Forman parte del género épico poemas narrativos extensos, que refieren acciones bélicas y hazañas notables realizadas por personajes heroicos, en los que también intervienen divinidades. Los términos griegos ἐπικός γ ἐποποία, de los que en última instancia derivan nuestras palabras «épico» y «epopeya», aluden al carácter oral de las composiciones más primitivas de este género, ya que èлоç en griego significa 'palabra'. Los poemas épicos de Homero, Iliada y Odisea fueron puestos por escrito en la Grecia del siglo VIII a.C.. pero dejaron establecidas las reglas del género para la posteridad. Tienen un fondo antiquísimo de tradiciones indoeuropeas y están en dependencia de la técnica de difusión oral, es decir de la recitación ante un auditorio. Cuando el género épico llegó a Roma (s. IIl a.C.), siendo Homero el modelo, el estilo grandilocuente y solemne de las obras se mantuvo, pero se produjo un cambio importante: la epopeya se convirtió en obra de autores individuales, que tienen una intención determinada previamente y manejan los recursos de un arte sometido ya a reglas fijas. Se pasó, pues, de una épica tradicional y oral, expresión de una colectividad, a una épica culta y escrita, obra de artistas con conciencia de autor. Un factor decisivo para que el género arraigara en Roma fue el deseo de los romanos de dar forma literaria al remoto pasado de su ciudad y a los recientes éxitos militares que la habían convertido en dominadora de pueblos. Primeros poetas épicos en lengua latina Livio Andronico (segunda mitad del siglo III a. C.) fue un griego hecho prisionero en la toma de Tarento. Su dueño, Marco Livio Salinátor, lo puso como preceptor de sus hijos, y más tarde lo liberó por sus méritos. Adaptó al latin la Odisea de Homero en el tosco verso saturnio (el verso latino anterior al uso del hexámetro griego). Su obra se convirtió en libro de texto escolar, usado todavía en época de Horacio. Sólo se conservan unos pocos fragmentos. Nevio (finales del siglo III a.C.) compuso en verso saturnio el Bellum Punicum, un poema épico inspirado en la primera Guerra Púnica, en la que él mismo luchó. En este poema, Nevio - recogió la leyenda fundacional de Roma y el tema de los amores de Eneas y Dido como causa del odio entre Roma y Cartago. Ennio (primera mitad del siglo II) no era un romano, sino un itálico originario de Calabria. Escribió una historia de Roma, Annales, en hexámetros, forma métrica griega de que introdujo en Roma junto con las leyes de este ritmo poético. Los Annales se convirtieron en la epopeya nacional de Roma hasta la Eneida de Virgilio. En Ennio la forma y el estilo son griegos, pero el espíritu es puramente romano. El hexámetro, verso épico El verso en el que fueron compuestas la Iliada y la Odisea, y el que quedó como consustancial del género épico, fue el hexámetro, pese a que las primeras obras en lengua latina fueron redactadas en el verso saturnio. La métrica griega y la latina se basan en un ritmo cuantitativo, dado que las palabras están compuestas en esas lenguas de sílabas de cantidad larga I breve. Los poetas ordenan las palabras en cada verso de modo que se adapten a determinados esquemas de alternancia de sílabas largas y breves. Uno de esos esquemas es el hexámetro. La forma básica del hexámetro (del griego è, 'seis', y uerpov, 'medida') es una serie de cinco dáctilos, o pies dactilicos, y un espondeo o roqueo. Un dáctilo es la combinación de una sílaba larga y dos breves, como en lumina.