Implementar una estrategia de contenidos abarca a profesionales y disciplinas distintas, a diferentes departamentos de una empresa, a proveedores… Por ello se hace especialmente relevante tener un plan estratégico compartido por todos los implicados. Ciertamente, el proceso para definir la estrategia varía en cada organización, pero lo importante es que sea medible y ejecutable, y que todos sepamos qué vamos a hacer y con qué objetivos. Para definir nuestro plan de contenidos, hay 5 pasos clave.
– Objetivos. Hay que definirlos en virtud de lo que la compañía ha sido, es y pretende ser. A menudo las compañías tienen multiobjetivos o no tienen claro qué quieren ser. Por ejemplo, BBVA ha apostado por el deporte, patrocina la liga de fútbol y es el banco oficial de la NBA. Sin embargo no tiene ninguna acción de brand content relacionada con el deporte. Su content marketing no responde a su estrategia general.
– Investigación. Hay que investigar cómo nos percibe el cliente, usuario o prescriptor. A veces crees que tu marca tiene una determinada personalidad y luego resulta que la sociedad te ve de una forma distinta. Un canal de televisión puede ser el mejor valorado pero tener una audiencia baja. Hay que profundizar en la investigación para descubrir posibles soluciones.
– Plan de acción. Más allá de las acciones publicitarias, deben definirse acciones claras para la creación, difusión y gestión de contenidos en función de un objetivo concreto, dando respuesta a las siguientes preguntas:
– ¿Qué contenido necesitamos crear y por qué?
– ¿Cómo se estructurará el contenido?
– ¿Cómo encontrarán los usuarios el contenido?
– ¿Cómo procedemos hasta el día del lanzamiento?
– ¿Qué hacemos una vez el contenido esté “ahí fuera”?
Una de las piezas claves del plan de acción será el plan editorial, que definirá con antelación qué publicaremos y dónde.
– Seguimiento. Es verificar el correcto funcionamiento del plan. El seguimiento está vinculado a la medición y es ver cómo evoluciona el contenido, qué limites tiene, etc. Las acciones de contenidos penetran poco a poco en el usuario y por eso hay que hacer un seguimiento lógico, con objetivos sensatos, pequeños…
– Revisión. Finalmente, debemos analizar todas las acciones que hemos desarrollado, para rectificar ciertos puntos, aprender y mejorar continuamente.
Respuesta:
Para poder tener un control adecuado de todo el proceso deberemos definir, por lo menos, los siguientes aspectos:
Temática. Cuál va a ser la palabra clave y el contenido a desarrollar.
Enfoque. ...
Formato. ...
Canal de distribución. ...
Autor. ...
Fecha de entrega. ...
Fecha y hora de publicación. ...
Estrategia de difusión.
Implementar una estrategia de contenidos abarca a profesionales y disciplinas distintas, a diferentes departamentos de una empresa, a proveedores… Por ello se hace especialmente relevante tener un plan estratégico compartido por todos los implicados. Ciertamente, el proceso para definir la estrategia varía en cada organización, pero lo importante es que sea medible y ejecutable, y que todos sepamos qué vamos a hacer y con qué objetivos. Para definir nuestro plan de contenidos, hay 5 pasos clave.
– Objetivos. Hay que definirlos en virtud de lo que la compañía ha sido, es y pretende ser. A menudo las compañías tienen multiobjetivos o no tienen claro qué quieren ser. Por ejemplo, BBVA ha apostado por el deporte, patrocina la liga de fútbol y es el banco oficial de la NBA. Sin embargo no tiene ninguna acción de brand content relacionada con el deporte. Su content marketing no responde a su estrategia general.
– Investigación. Hay que investigar cómo nos percibe el cliente, usuario o prescriptor. A veces crees que tu marca tiene una determinada personalidad y luego resulta que la sociedad te ve de una forma distinta. Un canal de televisión puede ser el mejor valorado pero tener una audiencia baja. Hay que profundizar en la investigación para descubrir posibles soluciones.
– Plan de acción. Más allá de las acciones publicitarias, deben definirse acciones claras para la creación, difusión y gestión de contenidos en función de un objetivo concreto, dando respuesta a las siguientes preguntas:
– ¿Qué contenido necesitamos crear y por qué?
– ¿Cómo se estructurará el contenido?
– ¿Cómo encontrarán los usuarios el contenido?
– ¿Cómo procedemos hasta el día del lanzamiento?
– ¿Qué hacemos una vez el contenido esté “ahí fuera”?
Una de las piezas claves del plan de acción será el plan editorial, que definirá con antelación qué publicaremos y dónde.
– Seguimiento. Es verificar el correcto funcionamiento del plan. El seguimiento está vinculado a la medición y es ver cómo evoluciona el contenido, qué limites tiene, etc. Las acciones de contenidos penetran poco a poco en el usuario y por eso hay que hacer un seguimiento lógico, con objetivos sensatos, pequeños…
– Revisión. Finalmente, debemos analizar todas las acciones que hemos desarrollado, para rectificar ciertos puntos, aprender y mejorar continuamente.