Una novela juvenil de alto vuelo poético, Mallko figura entre las diez novelas recomendadas por la Antología de Literatura Infantil y Juvenil, parte de la Biblioteca del Bicentenario.
“Tenso, vibrante, rumoroso, siguiendo un favorable corredor de aire, pronto abandonó los lindes de sus dominios y penetró en tierras extrañas. Desde la inmensidad del cielo, convertido en un punto minúsculo, fue contemplando, con ánimo exaltado, la grandiosa fisonomía del altiplano”. El protagonista de este libro es un joven cóndor que inicia la vida en el más grande desamparo. Su madre, atrapada para ser vendida en un zoológico, no regresa al hogar, y es un polluelo sin recursos, acicateado por el hambre, quien se atreve a salir del nido y arrojarse a la vida. Mallko sobrevivirá, enfrentándose a la experiencia vital, con sus desafíos y penalidades, sus momentos gloriosos y fatídicos, en una maravillosa metáfora de superación y libertad.
Gastón Suarez crea con esta obra uno de los libros más homenajeados y reconocidos de la literatura infanto-juvenil boliviana. Nombrado texto escolar oficial del gobierno boliviano en 1974 y reconocida en la lista de honor del Hans Christian Andersen en 1976, esta novela llegó a ser publicada por ediciones SM en España en 1981. En 1990 también fue re-editada gracias al convenio Andrés Bello en Colombia.
Como si Suárez hubiese querido mostrar una versión boliviana y andina de Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach, en esta novela no faltan las preguntas filosóficas y la búsqueda de un sentido en el cotidiano vivir. Para Isabel Mesa, Mallko, es “una fábula poética sobre el cóndor que evoca el existencialismo como una de las características del nuevo realismo en la novela boliviana de ese momento: la angustia, la temporalidad, la verdad, la soledad, la libertad y la muerte [se encuentran presentes en este libro]”.
Nada falta en la vida de este joven pájaro: tras salir del nido y explorar sus capacidades, aprendiendo a volar y a cazar en una completa soledad; conoce la amistad gracias a otro joven cóndor: Bronco y a una bandada que lo incluirá como uno de los suyos. También conocerá el amor en la forma de Nayra, una joven cóndor que lo acepta y con quien formará una familia. Las inclemencias del clima, la búsqueda de alimento, el lento paso de las horas cuando no se puede volar, en fin, la notable percepción de Suárez sobre la vida de estas aves, hacen de la novela un gran ejercicio de observación.
Una gran experiencia que va marcando su aprendizaje es el encuentro con el ser humano, representado siempre como un ser frío, peligroso y egoísta, que terminará atrapándolo y haciéndolo participar de la Yawar fiesta, una costumbre ancestral donde cóndores son atados sobre sendos toros; su lucha siendo de vital importancia para predecir el futuro de la comunidad participante.
Liliana De la Quintana, en su lectura de esta especial novela, nos dice: “Mallko nos deja con importantes lecciones y sobre todo nos sensibiliza frente a los peligros a los que está sometido el cóndor, una especie en vías de extinción en varios países andinos. También nos reconfirma que es uno de los mejores símbolos de la libertad y de la búsqueda del significado de la vida”.
La experiencia de vuelo de Mallko es, sin duda, lo más rescatable de la prosa de Suárez, a veces difícil de seguir, pero que ampliará y ensanchará el vocabulario de los jóvenes que participen de su lectura, así como su horizonte literario. Mallko toma la vida como buenamente puede, su manera de enfrentarse al vuelo, su búsqueda permanente de nuevos espacios aéreos, lo hacen un ejemplo de coraje y tenacidad. Como muestra, basta cerrar esta breve reseña con el preludio final, cuando Mallko, acabada la Yawar fiesta, liberado por los comunarios con un collar de kantutas en torno a su cuello, es lanzado al aire:
“Ave del cielo, monarca del aire, obstinado peregrino, el Mallko, embriagado hasta el tuétano, volaba hacia la izquierda, hacia la derecha, siempre arriba, impulsado por sus arrítmicos, vigorosos aletazos. La chicha que enturbió sus sentidos, acrecentó sus energías y acicateó su ambición de infinito. Enhiesta la cabeza, libre como el viento, avanzaba y subía, trepidante, incontenible, hasta que su cuerpo horadó el manto cerrado de las nubes y alcanzó una región transparente: sólo cielo azul y blanco océano donde morigeró sus espíritus y estabilizó su vuelo”.
Al cerrar con un final abierto, el lector debe decidir qué acontecerá a continuación en la vida de esta imponente ave. Así, Mallko nos deja, quedando nuestro espíritu inflamado de corrientes de aire, con ganas de seguirlo hasta el infinito, volando a su lado para siempre.
Explicación:
nose si la quieras recortar un poco para q sea más corta
Respuesta:
Una novela juvenil de alto vuelo poético, Mallko figura entre las diez novelas recomendadas por la Antología de Literatura Infantil y Juvenil, parte de la Biblioteca del Bicentenario.
“Tenso, vibrante, rumoroso, siguiendo un favorable corredor de aire, pronto abandonó los lindes de sus dominios y penetró en tierras extrañas. Desde la inmensidad del cielo, convertido en un punto minúsculo, fue contemplando, con ánimo exaltado, la grandiosa fisonomía del altiplano”. El protagonista de este libro es un joven cóndor que inicia la vida en el más grande desamparo. Su madre, atrapada para ser vendida en un zoológico, no regresa al hogar, y es un polluelo sin recursos, acicateado por el hambre, quien se atreve a salir del nido y arrojarse a la vida. Mallko sobrevivirá, enfrentándose a la experiencia vital, con sus desafíos y penalidades, sus momentos gloriosos y fatídicos, en una maravillosa metáfora de superación y libertad.
Gastón Suarez crea con esta obra uno de los libros más homenajeados y reconocidos de la literatura infanto-juvenil boliviana. Nombrado texto escolar oficial del gobierno boliviano en 1974 y reconocida en la lista de honor del Hans Christian Andersen en 1976, esta novela llegó a ser publicada por ediciones SM en España en 1981. En 1990 también fue re-editada gracias al convenio Andrés Bello en Colombia.
Como si Suárez hubiese querido mostrar una versión boliviana y andina de Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach, en esta novela no faltan las preguntas filosóficas y la búsqueda de un sentido en el cotidiano vivir. Para Isabel Mesa, Mallko, es “una fábula poética sobre el cóndor que evoca el existencialismo como una de las características del nuevo realismo en la novela boliviana de ese momento: la angustia, la temporalidad, la verdad, la soledad, la libertad y la muerte [se encuentran presentes en este libro]”.
Nada falta en la vida de este joven pájaro: tras salir del nido y explorar sus capacidades, aprendiendo a volar y a cazar en una completa soledad; conoce la amistad gracias a otro joven cóndor: Bronco y a una bandada que lo incluirá como uno de los suyos. También conocerá el amor en la forma de Nayra, una joven cóndor que lo acepta y con quien formará una familia. Las inclemencias del clima, la búsqueda de alimento, el lento paso de las horas cuando no se puede volar, en fin, la notable percepción de Suárez sobre la vida de estas aves, hacen de la novela un gran ejercicio de observación.
Una gran experiencia que va marcando su aprendizaje es el encuentro con el ser humano, representado siempre como un ser frío, peligroso y egoísta, que terminará atrapándolo y haciéndolo participar de la Yawar fiesta, una costumbre ancestral donde cóndores son atados sobre sendos toros; su lucha siendo de vital importancia para predecir el futuro de la comunidad participante.
Liliana De la Quintana, en su lectura de esta especial novela, nos dice: “Mallko nos deja con importantes lecciones y sobre todo nos sensibiliza frente a los peligros a los que está sometido el cóndor, una especie en vías de extinción en varios países andinos. También nos reconfirma que es uno de los mejores símbolos de la libertad y de la búsqueda del significado de la vida”.
La experiencia de vuelo de Mallko es, sin duda, lo más rescatable de la prosa de Suárez, a veces difícil de seguir, pero que ampliará y ensanchará el vocabulario de los jóvenes que participen de su lectura, así como su horizonte literario. Mallko toma la vida como buenamente puede, su manera de enfrentarse al vuelo, su búsqueda permanente de nuevos espacios aéreos, lo hacen un ejemplo de coraje y tenacidad. Como muestra, basta cerrar esta breve reseña con el preludio final, cuando Mallko, acabada la Yawar fiesta, liberado por los comunarios con un collar de kantutas en torno a su cuello, es lanzado al aire:
“Ave del cielo, monarca del aire, obstinado peregrino, el Mallko, embriagado hasta el tuétano, volaba hacia la izquierda, hacia la derecha, siempre arriba, impulsado por sus arrítmicos, vigorosos aletazos. La chicha que enturbió sus sentidos, acrecentó sus energías y acicateó su ambición de infinito. Enhiesta la cabeza, libre como el viento, avanzaba y subía, trepidante, incontenible, hasta que su cuerpo horadó el manto cerrado de las nubes y alcanzó una región transparente: sólo cielo azul y blanco océano donde morigeró sus espíritus y estabilizó su vuelo”.
Al cerrar con un final abierto, el lector debe decidir qué acontecerá a continuación en la vida de esta imponente ave. Así, Mallko nos deja, quedando nuestro espíritu inflamado de corrientes de aire, con ganas de seguirlo hasta el infinito, volando a su lado para siempre.
Explicación:
nose si la quieras recortar un poco para q sea más corta