Celebrar doscientos años de república no ocurre todos los días y mucho menos en el contexto de la crisis institucional y moral por la que atravesamos, que no es la primera ni será la última que afronte el Perú.
La república peruana posee un vocabulario forjado en la lucha ideológica contra el modelo de monarquía constitucional que José de San Martín intentó imponer entre 1821 y 1822.
De todas las escenas que guardo en la memoria sobre los orígenes de la república, hay una con la que quiero culminar mi reflexión porque alude a la contingencia que rodea un proceso que, pese a las iniciativas y esfuerzos personales –además de los colectivos–, muchos hemos olvidado. El momento transcurre en Mala y la fecha es el 2 de junio de 1825. En la cama yace José Faustino Sánchez Carrión, cuya participación activa en el Ejército Libertador permitió el triunfo patriota en la Batalla de Ayacucho. Fundador de la Universidad Nacional de Trujillo y de la Corte Suprema de Justicia de Lima, Sánchez Carrión, como la mayoría de los participantes en la primera Asamblea Constituyente, entendía que la ciudadanía republicana reposaba en la ley, en la educación y en el servicio público.
Sin embargo, el huamachuquino también fue parte de la república en armas constituida por milicianos. Una pieza clave para la consolidación de la causa emancipadora. La campaña militar le pasó la factura y falleció muy joven. El certificado de defunción lo emitió Cayetano Heredia, quien señaló la pena que lo embargaba al ver el cuerpo inerte de quien tanto pudo haber hecho por el Perú que respetaba y servía con generosidad. Que estos años de preparación para celebrar los doscientos años de nuestra independencia sirvan para recordar a todos los hombres y mujeres que amaron al Perú hasta entregar su vida por él y que ese ejemplo nos provea de la fortaleza para seguir trabajando por la república buena y noble que todos merecemos.
Explicación:
Amigo no soy de peru pero me enseñan es :v
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JESUSYTPROO
Hay estan muchas reflexones :v Espero que te ayude
Respuesta:
Celebrar doscientos años de república no ocurre todos los días y mucho menos en el contexto de la crisis institucional y moral por la que atravesamos, que no es la primera ni será la última que afronte el Perú.
La república peruana posee un vocabulario forjado en la lucha ideológica contra el modelo de monarquía constitucional que José de San Martín intentó imponer entre 1821 y 1822.
De todas las escenas que guardo en la memoria sobre los orígenes de la república, hay una con la que quiero culminar mi reflexión porque alude a la contingencia que rodea un proceso que, pese a las iniciativas y esfuerzos personales –además de los colectivos–, muchos hemos olvidado. El momento transcurre en Mala y la fecha es el 2 de junio de 1825. En la cama yace José Faustino Sánchez Carrión, cuya participación activa en el Ejército Libertador permitió el triunfo patriota en la Batalla de Ayacucho. Fundador de la Universidad Nacional de Trujillo y de la Corte Suprema de Justicia de Lima, Sánchez Carrión, como la mayoría de los participantes en la primera Asamblea Constituyente, entendía que la ciudadanía republicana reposaba en la ley, en la educación y en el servicio público.
Sin embargo, el huamachuquino también fue parte de la república en armas constituida por milicianos. Una pieza clave para la consolidación de la causa emancipadora. La campaña militar le pasó la factura y falleció muy joven. El certificado de defunción lo emitió Cayetano Heredia, quien señaló la pena que lo embargaba al ver el cuerpo inerte de quien tanto pudo haber hecho por el Perú que respetaba y servía con generosidad. Que estos años de preparación para celebrar los doscientos años de nuestra independencia sirvan para recordar a todos los hombres y mujeres que amaron al Perú hasta entregar su vida por él y que ese ejemplo nos provea de la fortaleza para seguir trabajando por la república buena y noble que todos merecemos.
Explicación:
Amigo no soy de peru pero me enseñan es :v