Ayuda es para hoy el que me de la mejor respuesta le doy coronita Crear alguna fábula que se te ocurra respetando las características de dicho relato (debe tener algún fin didáctico moralizante, ser breve e incluir algún personaje animal u objeto humanizado.
No oculto, desde el comienzo, la dificultad para realizar este trabajo. Por un lado, Samaniego, a pesar de ser tan oído, es un personaje que carece de los más elementales estudios. Cualquier tarea que se haga sobre él es una novedad. Además, los datos que se nos han dado han funcionado como tópicos sin que nadie se haya preocupado de desenmascararlos. La moralidad de sus fábulas, tomando este término en un sentido cristiano, precisa muchas matizaciones. Sin embargo, tachar a Samaniego de volteriano e irreligioso, como suele hacerse desde que el íntegro Menéndez Pelayo lo dijo, es sin duda excesivo y en parte supone un desconocimiento de la religiosidad del s. XVIII. Así, sería preciso ir revisando las escasas afirmaciones que sobre él se han hecho.
Por otro lado, la dificultad se nos presenta por la carencia de estudios sobre la fábula como género. Mientras no tengamos un análisis integral de la morfología de la fábula estamos dando golpes de ciego en este campo tan marginado. Se trata de un género con rasgos estructuradores bien definibles, como lo es el cuento. Pero su compañero en el campo didáctico cuenta con estudios excelentes que permiten conocer sus estructuras y analizarlos metodológicamente1. Quizá el hecho de su mayor extensión y el estar más arraigados en el pueblo ha servido para atraer la atención sobre ellos. La fábula se nos queda a mitad de camino entre el mundo culto y el popular, y, por no estar totalmente integrada ni en un campo ni en otro, ha pasado un tanto desapercibida.
Respuesta:
No oculto, desde el comienzo, la dificultad para realizar este trabajo. Por un lado, Samaniego, a pesar de ser tan oído, es un personaje que carece de los más elementales estudios. Cualquier tarea que se haga sobre él es una novedad. Además, los datos que se nos han dado han funcionado como tópicos sin que nadie se haya preocupado de desenmascararlos. La moralidad de sus fábulas, tomando este término en un sentido cristiano, precisa muchas matizaciones. Sin embargo, tachar a Samaniego de volteriano e irreligioso, como suele hacerse desde que el íntegro Menéndez Pelayo lo dijo, es sin duda excesivo y en parte supone un desconocimiento de la religiosidad del s. XVIII. Así, sería preciso ir revisando las escasas afirmaciones que sobre él se han hecho.
Por otro lado, la dificultad se nos presenta por la carencia de estudios sobre la fábula como género. Mientras no tengamos un análisis integral de la morfología de la fábula estamos dando golpes de ciego en este campo tan marginado. Se trata de un género con rasgos estructuradores bien definibles, como lo es el cuento. Pero su compañero en el campo didáctico cuenta con estudios excelentes que permiten conocer sus estructuras y analizarlos metodológicamente1. Quizá el hecho de su mayor extensión y el estar más arraigados en el pueblo ha servido para atraer la atención sobre ellos. La fábula se nos queda a mitad de camino entre el mundo culto y el popular, y, por no estar totalmente integrada ni en un campo ni en otro, ha pasado un tanto desapercibida.
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