La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto con las armas, que puso fin al dominio español.
La guerra por la independencia mexicana duró 11 años, las etapas en las que suele ser dividido este periodo histórico son cuatro: iniciación, organización y definición, resistencia y consumación. Los periodos de cada una de estas etapas se establecieron de acuerdo con la naturaleza y el alcance de los hechos ocurridos.
Primera Etapa: Inicio de la Guerra (1810 – 1811). Desde el levantamiento popular encabezado por Miguel Hidalgo y Costilla, conocido como el Grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810 hasta la Batalla del puente de Calderón el 17 de enero de 1811.
Consistió en una revuelta desorganizada en contra de la corona española con el estandarte de la Virgen de Guadalupe, liderada por Miguel Hidalgo y motivada por un sentimiento de rabia desatado ante las injusticias que vivían especialmente los indígenas y campesinos.
A pesar de ser un movimiento masivo, no contó con una organización militar y política que le permitiera hacer frente al régimen monárquico llegado de España. A la autoridad realista le bastó poco para acabar con el intento revolucionario y como resultado fueron fusilados los dirigentes más importantes, entre ellos Hidalgo.
Segunda Etapa: Organización y Definición (1811 – 1815). Desde el momento que Ignacio López Rayón fue nombrado Jefe de las Fuerzas Insurgentes en Saltillo el 16 de marzo de 1811 hasta el Fusilamiento de José María Morelos y Pavon en Ecatepec el 22 de diciembre de 1815.
Durante este período cobra importancia el posicionamiento ideológico de la causa insurgente, el movimiento independentista no solo realizó acciones bélicas sino que se trató así mismo de una estructura y un cuerpo jurídico.
José María Morelos y Pavon es la figura más significativa en esta etapa, ya que gestionó el primer Congreso de Anáhuac que dotó al movimiento insurgente de un marco legal propio.
Felix Calleja del Rey ordenó el fusilamiento de Morelos y aprovecho para desarticular el movimiento de independencia.
Tercera Etapa: Resistencia y Guerra de Guerrillas (1815 – 1820). Después de la muerte de Morelos los grupos insurgentes lucharon de manera aislada sobre todo en la Sierra Madre Sur y en Veracruz.
Caracterizado por la resistencia con sus principales promotores: el español Francisco Javier Mina, de la nueva corriente liberal que se extendía en Europa y afín a la independencia mexicana, y el criollo Vicente Guerrero.
Cuarta etepa: Consumación (1821). Esta etapa transcurre entre febrero del año 1821 con la firma del Plan de Iguala y el 28 de septiembre de 1821 con la lectura del Acta de Independencia.
La fortaleza demostrada por los criollos que resistieron la dura contraofensiva realista unida a la Constitución de Cádiz, de corte liberal, que debió aceptar Fernando VII, obligaron a las autoridades realistas a pactar la independencia de México.
Como parte del Tratado de Córdoba fue firmado el Plan de Iguala que definía tres garantías: religión, independencia y unión. La nueva normatividad mantuvo el fuero para militares y eclesiásticos y a cambio entregó el poder de desarrollar su propio régimen constitucional a los mexicanos. Llegado un acuerdo se dio lectura en el año 1821 al Acta de Independencia.
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La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto con las armas, que puso fin al dominio español.
La guerra por la independencia mexicana duró 11 años, las etapas en las que suele ser dividido este periodo histórico son cuatro: iniciación, organización y definición, resistencia y consumación. Los periodos de cada una de estas etapas se establecieron de acuerdo con la naturaleza y el alcance de los hechos ocurridos.
Primera Etapa: Inicio de la Guerra (1810 – 1811). Desde el levantamiento popular encabezado por Miguel Hidalgo y Costilla, conocido como el Grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810 hasta la Batalla del puente de Calderón el 17 de enero de 1811.
Consistió en una revuelta desorganizada en contra de la corona española con el estandarte de la Virgen de Guadalupe, liderada por Miguel Hidalgo y motivada por un sentimiento de rabia desatado ante las injusticias que vivían especialmente los indígenas y campesinos.
A pesar de ser un movimiento masivo, no contó con una organización militar y política que le permitiera hacer frente al régimen monárquico llegado de España. A la autoridad realista le bastó poco para acabar con el intento revolucionario y como resultado fueron fusilados los dirigentes más importantes, entre ellos Hidalgo.
Segunda Etapa: Organización y Definición (1811 – 1815). Desde el momento que Ignacio López Rayón fue nombrado Jefe de las Fuerzas Insurgentes en Saltillo el 16 de marzo de 1811 hasta el Fusilamiento de José María Morelos y Pavon en Ecatepec el 22 de diciembre de 1815.
Durante este período cobra importancia el posicionamiento ideológico de la causa insurgente, el movimiento independentista no solo realizó acciones bélicas sino que se trató así mismo de una estructura y un cuerpo jurídico.
José María Morelos y Pavon es la figura más significativa en esta etapa, ya que gestionó el primer Congreso de Anáhuac que dotó al movimiento insurgente de un marco legal propio.
Felix Calleja del Rey ordenó el fusilamiento de Morelos y aprovecho para desarticular el movimiento de independencia.
Tercera Etapa: Resistencia y Guerra de Guerrillas (1815 – 1820). Después de la muerte de Morelos los grupos insurgentes lucharon de manera aislada sobre todo en la Sierra Madre Sur y en Veracruz.
Caracterizado por la resistencia con sus principales promotores: el español Francisco Javier Mina, de la nueva corriente liberal que se extendía en Europa y afín a la independencia mexicana, y el criollo Vicente Guerrero.
Cuarta etepa: Consumación (1821). Esta etapa transcurre entre febrero del año 1821 con la firma del Plan de Iguala y el 28 de septiembre de 1821 con la lectura del Acta de Independencia.
La fortaleza demostrada por los criollos que resistieron la dura contraofensiva realista unida a la Constitución de Cádiz, de corte liberal, que debió aceptar Fernando VII, obligaron a las autoridades realistas a pactar la independencia de México.
Como parte del Tratado de Córdoba fue firmado el Plan de Iguala que definía tres garantías: religión, independencia y unión. La nueva normatividad mantuvo el fuero para militares y eclesiásticos y a cambio entregó el poder de desarrollar su propio régimen constitucional a los mexicanos. Llegado un acuerdo se dio lectura en el año 1821 al Acta de Independencia.
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