La lluvia puede ser un factor benéfico tanto como uno destructivo, pero es sin duda fundamental en la preservación del balance climático del planeta.
Gracias a la lluvia el agua circula por diversos lugares, manteniéndolos lo suficientemente húmedos como para albergar la vida vegetal, o dando origen a acumulaciones que luego serán ríos, lagos, etc. Sin ella, la vida sería inviable.
Por otro lado, la lluvia permite el enfriamiento y la humidificación del aire en distintas regiones del globo, manteniendo la temperatura relativamente estable y combatiendo el calentamiento global.
Para el ser humano es una fuente de agua gratuita, regular y relativamente limpia, aprovechable para diversos fines, sobre todo los agrícolas.
Por último, es también un fenómeno que limpia el aire, brindando frescura y claridad a la atmósfera, y que mantiene el nivel de salinidad de los océanos estable.
las lluvias producen la humedad necesaria para la vida vegetal