ayuda daniel ayuda no es de ingles pero ayuda 2. Tengo un sobrino, y vamos adelante, que esto nada tiene de particular. Este tal sobrino es un mancebo que ha recibido una educación de las más escogidas que en este nuestro siglo se suelen dar es decir esto que sabe leer, aunque no en todos los libros, y escribir, si bien no cosas dignas de ser leídas contar no es cosa mayor, porque descuida el cuento de sus cuentas en sus acreedores, que mejor que él se las saben llevar baila como discípulo de Veluci canta lo que basta para hacerse de rogar y no estar nunca en voz monta a caballo como un centauro, y da gozo ver con qué soltura y desembarazo atropella por esas calles de Madrid a sus amigos y conocidos de ciencias y artes ignora lo suficiente para poder hablar de todo con maestría.
3. No era un hombre perverso, no era capaz de maldad declarada, ni de bien era un compuesto insípido de debilidad y disipación, corrompido más por contacto que por malicia propia uno de tantos un individuo que difícilmente podría diferenciarse de otro de su misma jerarquía, porque la falta de caracteres, salvas notabilísimas excepciones, ha hecho de ciertas clases altas, como de las bajas, una colectividad que no podrá calificarse bien hasta que los progresos del neologismo no permitan decir las masas aristocráticas.
2. Tengo un sobrino; y vamos adelante, que esto nada tiene de particular. Este tal sobrino es un mancebo que ha
recibido una educación de las más escogidas que, en este, nuestro siglo, se suelen dar, es decir esto que sabe leer;
aunque no en todos los libros, y escribir, si bien no cosas dignas de ser leídas contar no es cosa mayor; porque descuida el cuento de sus cuentas en sus acreedores, que mejor que él se las saben llevar. Baila como discípulo de Veluci, canta lo que basta para hacerse de rogar y no estar nunca en voz, monta a caballo como un centauro; y da gozo ver con qué soltura y desembarazo atropella por esas calles de Madrid a sus amigos y conocidos de
ciencias y artes, ignora lo suficiente para poder hablar de todo con maestría.
3. No era un hombre perverso; no era capaz de maldad declarada, ni de bien era un compuesto insípido de debilidad y disipación, corrompido más por contacto que por malicia propia, uno de tantos, un individuo que difícilmente podría diferenciarse de otro de su misma jerarquía; porque la falta de caracteres, salvas
notabilísimas excepciones, ha hecho de ciertas clases altas; como de las bajas, una colectividad que no podrá calificarse bien hasta que los progresos del neologismo no permitan decir las masas aristocráticas.
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2. Tengo un sobrino; y vamos adelante, que esto nada tiene de particular. Este tal sobrino es un mancebo que ha
recibido una educación de las más escogidas que, en este, nuestro siglo, se suelen dar, es decir esto que sabe leer;
aunque no en todos los libros, y escribir, si bien no cosas dignas de ser leídas contar no es cosa mayor; porque descuida el cuento de sus cuentas en sus acreedores, que mejor que él se las saben llevar. Baila como discípulo de Veluci, canta lo que basta para hacerse de rogar y no estar nunca en voz, monta a caballo como un centauro; y da gozo ver con qué soltura y desembarazo atropella por esas calles de Madrid a sus amigos y conocidos de
ciencias y artes, ignora lo suficiente para poder hablar de todo con maestría.
3. No era un hombre perverso; no era capaz de maldad declarada, ni de bien era un compuesto insípido de debilidad y disipación, corrompido más por contacto que por malicia propia, uno de tantos, un individuo que difícilmente podría diferenciarse de otro de su misma jerarquía; porque la falta de caracteres, salvas
notabilísimas excepciones, ha hecho de ciertas clases altas; como de las bajas, una colectividad que no podrá calificarse bien hasta que los progresos del neologismo no permitan decir las masas aristocráticas.