a historiografía es el registro escrito de la historia, la memoria fijada por la propia humanidad con la escritura de su propio pasado.
El término proviene de historiógrafo, y éste del griego ἱστοριογράφος historiográphos, de ἱστορία historía 'historia' y -γράφος gráphos, de la raíz de γράφειν gráphein 'escribir'; o sea, el que escribe (o describe) la historia.1 2
La historiografía es el arte de escribirla,3 pero también la ciencia de la historia.4 El énfasis en su condición de "arte" (τέχνη tékhnē) o "ciencia" (ἐπιστήμη epistḗmē) es uno de los objetos de debate metodológico más importante entre los historiadores, con abundante participación de todo tipo de intelectuales que han reflexionado sobre ello, dada su posición central en la cultura.5 Para una parte de ellos, ni siquiera puede hablarse de "historia" en singular, puesto que la condición de relato de sus productos los convierte en "historias" en plural.6 Para la mayor parte de los historiadores contemporáneos, en cambio, es irrenunciable7 la condición científica de la historia, o al menos la aspiración a tal condición ("ciencia en construcción"8 ), e incluso está muy extendida la visión que no percibe ambos rasgos (ciencia y arte) como estrictamente incompatibles sino como complementarios.9
a historiografía es el registro escrito de la historia, la memoria fijada por la propia humanidad con la escritura de su propio pasado.
El término proviene de historiógrafo, y éste del griego ἱστοριογράφος historiográphos, de ἱστορία historía 'historia' y -γράφος gráphos, de la raíz de γράφειν gráphein 'escribir'; o sea, el que escribe (o describe) la historia.1 2
La historiografía es el arte de escribirla,3 pero también la ciencia de la historia.4 El énfasis en su condición de "arte" (τέχνη tékhnē) o "ciencia" (ἐπιστήμη epistḗmē) es uno de los objetos de debate metodológico más importante entre los historiadores, con abundante participación de todo tipo de intelectuales que han reflexionado sobre ello, dada su posición central en la cultura.5 Para una parte de ellos, ni siquiera puede hablarse de "historia" en singular, puesto que la condición de relato de sus productos los convierte en "historias" en plural.6 Para la mayor parte de los historiadores contemporáneos, en cambio, es irrenunciable7 la condición científica de la historia, o al menos la aspiración a tal condición ("ciencia en construcción"8 ), e incluso está muy extendida la visión que no percibe ambos rasgos (ciencia y arte) como estrictamente incompatibles sino como complementarios.9