De noble origen, el barón de Montesquieu estudió leyes, anatomía y ciencias naturales, para después dedicarse al estudio de las ciencias sociales. Viajó a Inglaterra, donde se sorprendió del ambiente de libertad política, y conoció los escritos de Locke.
En su principal obra, El espíritu de las leyes , incluida en el índice de libros prohibidos por la Iglesia pero leída por reyes como Federico II y Catalina de Rusia, se oponía al ascenso del despotismo y proponía que el poder se dividiese en tres: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, para evitar la opresión contra cualquier individuo, idea que influiría decisivamente en el futuro liberalismo político.
Voltaire (1694-1778)
Desde muy joven destacó por sus éxitos literarios, y colaboró con la marquesa de Châtelet en estudios históricos que le valieron ser nombrado por Luis XV historiógrafo real e ingresar en la Academia francesa, pero no logró la plena confianza del rey.
Al morir su marquesa protectora, buscó apoyo en varias cortes ilustradas europeas, hasta que se retiró a sus posesiones, desde donde mantuvo correspondencia con muchos de los personajes más influyentes de su tiempo y donde escribió obras de carácter liberal y anticlerical en las que atacaba, o más bien se burlaba, de las supersticiones e intolerancia de sus contemporáneos.
Rousseau (1712-1767)
Nacido en Ginebra (Suiza) era descendiente de una familia protestante emigrada de Francia. Marchó a París antes de cumplir treinta años, donde triunfó en el terreno musical y se hizo asiduo de los salones de la capital francesa. Colaboró con sus artículos sobre música en la Enciclopedia , dirigida por Diderot.
Sus escritos más polémicos como El Contrato social, base del concepto contemporáneo de democracia, o el Emilio o la educación le obligaron a refugiarse en Suiza, mientras se distanciaba del racionalismo de los enciclopedistas y reivindicaba la importancia de los sentimientos, con lo que inspiró en gran medida las explosiones revolucionarias y el romanticismo posterior.
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Respuesta:
Explicación:
El despotismo ilustrado
Montesquieu (1689-1755).
De noble origen, el barón de Montesquieu estudió leyes, anatomía y ciencias naturales, para después dedicarse al estudio de las ciencias sociales. Viajó a Inglaterra, donde se sorprendió del ambiente de libertad política, y conoció los escritos de Locke.
En su principal obra, El espíritu de las leyes , incluida en el índice de libros prohibidos por la Iglesia pero leída por reyes como Federico II y Catalina de Rusia, se oponía al ascenso del despotismo y proponía que el poder se dividiese en tres: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, para evitar la opresión contra cualquier individuo, idea que influiría decisivamente en el futuro liberalismo político.
Voltaire (1694-1778)
Desde muy joven destacó por sus éxitos literarios, y colaboró con la marquesa de Châtelet en estudios históricos que le valieron ser nombrado por Luis XV historiógrafo real e ingresar en la Academia francesa, pero no logró la plena confianza del rey.
Al morir su marquesa protectora, buscó apoyo en varias cortes ilustradas europeas, hasta que se retiró a sus posesiones, desde donde mantuvo correspondencia con muchos de los personajes más influyentes de su tiempo y donde escribió obras de carácter liberal y anticlerical en las que atacaba, o más bien se burlaba, de las supersticiones e intolerancia de sus contemporáneos.
Rousseau (1712-1767)
Nacido en Ginebra (Suiza) era descendiente de una familia protestante emigrada de Francia. Marchó a París antes de cumplir treinta años, donde triunfó en el terreno musical y se hizo asiduo de los salones de la capital francesa. Colaboró con sus artículos sobre música en la Enciclopedia , dirigida por Diderot.
Sus escritos más polémicos como El Contrato social, base del concepto contemporáneo de democracia, o el Emilio o la educación le obligaron a refugiarse en Suiza, mientras se distanciaba del racionalismo de los enciclopedistas y reivindicaba la importancia de los sentimientos, con lo que inspiró en gran medida las explosiones revolucionarias y el romanticismo posterior.