Quién no se ha preguntado alguna vez "ay, si mi perro (o mi gato) hablara…?" Pero lo cierto es que, aunque no tengan estrictamente esa capacidad –más allá de ladridos y maullidos, y quizás algún gruñido–, perros y gatos poseen un impresionante abanico de expresiones, rico en matices, que no siempre sabemos descifrar. Las orejas, la cola, la boca, los ojos o los bigotes "nos trasmiten información y demuestran situaciones que les crean dudas, insatisfacción, o al contrario, felicidad. Su lenguaje de comunicación gestual y corporal es mucho más complejo que el nuestro, que está más apagado porque ya tenemos la palabra", explica Miguel Ibáñez, doctor en Veterinaria, profesor de Etología en la Universidad Complutense de Madrid y director de la Clínica del Comportamiento Animal.
Santiago García Caraballo, veterinario y autor del libro El lenguaje de los gatos (Ateles), recuerda que "todo el que haya tenido en casa alguna vez un animal sabe que entre propietario y mascota se establecen múltiples diálogos. Todos hablamos con nuestra mascota, sea un perro, un gato, un ave e incluso me atrevería a añadir los peces del acuario. Obviamente, ellos no hablan (dicen que es una de sus mayores virtudes: la de no llevarnos la contraria) pero tienen gran variedad de voces y, sobre todo, hay que estar muy atento a la comunicación no verbal: un numeroso surtido de gestos y expresiones. Perros y gatos –recuerda Caraballo– tienen una forma de comunicación muy especial, y muy diferente entre ellos".
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Miuki082
Clario porque si los humanls nos comunicamos los animales tambien pero a su manera ya que sus movimientos sus expresiones uno a otro es su comunicacion Que te sirva
Quién no se ha preguntado alguna vez "ay, si mi perro (o mi gato) hablara…?" Pero lo cierto es que, aunque no tengan estrictamente esa capacidad –más allá de ladridos y maullidos, y quizás algún gruñido–, perros y gatos poseen un impresionante abanico de expresiones, rico en matices, que no siempre sabemos descifrar. Las orejas, la cola, la boca, los ojos o los bigotes "nos trasmiten información y demuestran situaciones que les crean dudas, insatisfacción, o al contrario, felicidad. Su lenguaje de comunicación gestual y corporal es mucho más complejo que el nuestro, que está más apagado porque ya tenemos la palabra", explica Miguel Ibáñez, doctor en Veterinaria, profesor de Etología en la Universidad Complutense de Madrid y director de la Clínica del Comportamiento Animal.
Santiago García Caraballo, veterinario y autor del libro El lenguaje de los gatos (Ateles), recuerda que "todo el que haya tenido en casa alguna vez un animal sabe que entre propietario y mascota se establecen múltiples diálogos. Todos hablamos con nuestra mascota, sea un perro, un gato, un ave e incluso me atrevería a añadir los peces del acuario. Obviamente, ellos no hablan (dicen que es una de sus mayores virtudes: la de no llevarnos la contraria) pero tienen gran variedad de voces y, sobre todo, hay que estar muy atento a la comunicación no verbal: un numeroso surtido de gestos y expresiones. Perros y gatos –recuerda Caraballo– tienen una forma de comunicación muy especial, y muy diferente entre ellos".
Que te sirva