farandulerosLázaro nació en el río Tormes y de ahí su nombre y apodo, Lazarillo de Tormes. Era el hijo de Tomé González y de Antona Pérez, de Tejares, un pueblo de Salamanca. Su padre, molinero, después de cometer robos y ser perseguido por la justicia, se enroló en el ejército, con el cual fue a la guerra de las Gelves, dónde murió. Entonces él y su madre se fueron a la ciudad, donde su madre se dedicaba a guisar y a lavar ropa de los caballeros. Al poco tiempo tuvo un hijo con un hombre negro, que se llamaba Zaide. Éste traía comida, madera, etc. Pero fue severamente castigado por robo. Posteriormente, Antona, sirviendo en el Mesón de la Solana, entregó a Lázaro a un ciego. Lazarillo ya tenía su primer amo, el ciego, que era muy listo, y enseñó al Lazarillo a vivir la vida, para "despertarlo" de su infancia, le gastó una jugarreta, dándole un golpe en la cabeza contra la cabeza de un toro de hierro. El ciego era muy avaricioso y casi no alimentaba a su sirviente, por lo cual éste le hacía algunas travesuras como beberse el vino con una pajita o haciendo un agujero en la vasija tapado con cera, el cual se deshacía con el calor y caía un chorro o cuando comían el racimo de uvas y Lazarillo las comía de tres en tres, o finalmente, cuando le cambió al ciego la longaniza por un nabo en el bocadillo. Ésta última casi le cuesta la vida, ya que el ciego le dió una gran paliza. De ahí viene el gran desprecio que le tenía. Un día, para vengarse de todo lo que le había hecho, le guió por un arroyo en el que se tenía que saltar, entonces el mozo saltó y esquivó la pétrea columna que había enfrente, pero después saltó el ciego y se golpeó, cayendo inconsciente al suelo, entonces, mientras la gente atendía al ciego, Lázaro aprovechó la ocasión y se marchó corriendo.
Después del ciego, se encontró, en Maqueda, con un clérigo, su próximo amo, que aún era más avaricioso que su anterior amo y le hacía pasar mucha hambre, pero como Lazarillo fue muy astuto, gracias a la jugarreta del ciego y un día le pidió a un calderero, que llamó a la puerta de la casa del clérigo, una llave para abrir el arca dónde de sacerdote guardaba todo el pan y los quesos para cuando éste se encontrara haciendo la misa, Lázaro le pagó el servicio con parte del arca. Luego, durante unos días se comió parte del contenido y al ver que el clérigo estaba dudando que quien era el ladrón Lazarillo lo convencía de que eran las ratas, por eso le preparó una trampa. Al ver que no se lo acababa de creer, un vecino le dijo que era posible que fuese una culebra, el religioso paso días sin dormir intentando cazarla, pero descubrió que era Lázaro quien estaba "royendo" el pan y lo echó de su casa. Una vez despachado, Lazarillo se fue a Toledo, y allí encontró a su nuevo amo, un escudero. Con éste amo pasó más hambre ya que era pobre y no tenía ni para él mismo, aunque éste vestía con ropas elegantes, llevaba una espada y andaba cómo un noble, es más, el Lazarillo le tenía que mantener con las limosnas. Un día, una pareja le arrendaron la casa y le dieron entre los dos doce o trece reales, con los que el escudero se marchó y abandonó al Lazarillo.
El próximo amo fue un fraile, el cual, lo único que llego a darle fueron unas zapatillas que se le rompieron y el Lazarillo decidió que lo mejor sería irse. El siguiente amo que tuvo fue un buldero, que se ganaba la vida predicando las bulas a la gente del pueblo, pero al final resultó ser todo un montaje entre el alguacil y él, que entre los dos hicieron creer a la gente que el buldero podía hablar con Dios mediante una gran actuación del alguacil, que era su socio y se partían los beneficios.
Después de dejar al buldero, Lázaro fue a parar a manos de un capellán, quien necesitaba a un mozo para repartir el agua por el pueblo. Gracias al dinero que sacó pronto compró ropa nueva y entonces se marchó con su último amo, el alguacil, que no estuvo mucho tiempo con él ya que su oficio era peligroso. Desde entonces, el Lazarillo, ya adulto, no tuvo más amos y se ganaba la vida, honradamente, de pregonero en Toledo. Más tarde se casó con una criada del arcipreste de San Salvador. Hasta aquí sabemos sobre su vida, pero la desconocemos después de su boda, aparte del adulterio de su esposa, que él lo acepta diciendo que ya había llegado a buen puerto.Sara · hace 5 años
Después del ciego, se encontró, en Maqueda, con un clérigo, su próximo amo, que aún era más avaricioso que su anterior amo y le hacía pasar mucha hambre, pero como Lazarillo fue muy astuto, gracias a la jugarreta del ciego y un día le pidió a un calderero, que llamó a la puerta de la casa del clérigo, una llave para abrir el arca dónde de sacerdote guardaba todo el pan y los quesos para cuando éste se encontrara haciendo la misa, Lázaro le pagó el servicio con parte del arca. Luego, durante unos días se comió parte del contenido y al ver que el clérigo estaba dudando que quien era el ladrón Lazarillo lo convencía de que eran las ratas, por eso le preparó una trampa. Al ver que no se lo acababa de creer, un vecino le dijo que era posible que fuese una culebra, el religioso paso días sin dormir intentando cazarla, pero descubrió que era Lázaro quien estaba "royendo" el pan y lo echó de su casa. Una vez despachado, Lazarillo se fue a Toledo, y allí encontró a su nuevo amo, un escudero. Con éste amo pasó más hambre ya que era pobre y no tenía ni para él mismo, aunque éste vestía con ropas elegantes, llevaba una espada y andaba cómo un noble, es más, el Lazarillo le tenía que mantener con las limosnas. Un día, una pareja le arrendaron la casa y le dieron entre los dos doce o trece reales, con los que el escudero se marchó y abandonó al Lazarillo.
El próximo amo fue un fraile, el cual, lo único que llego a darle fueron unas zapatillas que se le rompieron y el Lazarillo decidió que lo mejor sería irse. El siguiente amo que tuvo fue un buldero, que se ganaba la vida predicando las bulas a la gente del pueblo, pero al final resultó ser todo un montaje entre el alguacil y él, que entre los dos hicieron creer a la gente que el buldero podía hablar con Dios mediante una gran actuación del alguacil, que era su socio y se partían los beneficios.
Después de dejar al buldero, Lázaro fue a parar a manos de un capellán, quien necesitaba a un mozo para repartir el agua por el pueblo. Gracias al dinero que sacó pronto compró ropa nueva y entonces se marchó con su último amo, el alguacil, que no estuvo mucho tiempo con él ya que su oficio era peligroso. Desde entonces, el Lazarillo, ya adulto, no tuvo más amos y se ganaba la vida, honradamente, de pregonero en Toledo. Más tarde se casó con una criada del arcipreste de San Salvador. Hasta aquí sabemos sobre su vida, pero la desconocemos después de su boda, aparte del adulterio de su esposa, que él lo acepta diciendo que ya había llegado a buen puerto.Sara · hace 5 años